Mujeres que dejaron huella en la historia, Alfonsina Storni

Alfonsina Storni Martignoni nació en Sala Capriasca, Suiza, el 29 de Mayo de 1892 y murió en Mar de Plata, Argentina, el 25 de octubre de 1938. Poetisa y escritora pertenece a la generación del modernismo argentino

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Objetivo CLM - Lucía Ballesteros
Lunes, 23/02/2015 | Nacional | Portada, Sociedad

Alfonsina Storni Martignoni nació en Sala Capriasca, Suiza, el 29 de Mayo de 1892 y murió en Mar de Plata, Argentina, el 25 de octubre de 1938. Poetisa y escritora pertenece a la generación del modernismo argentino. 

 

Alfonsina fue la tercera hija del matrimonio Storni-Martignoni. Su padre era un hombre melancólico y  raro y su madre tenía dificultades para enseñarla a decir la verdad; dado que Alfonsina era una chica curiosa , que hacía muchas preguntas, imaginaba mucho y mentía.

 

En 1896 regresaron a Argentina y se instalaron en Rosario donde su madre fundó una escuela domiciliaria y su padre instaló un café en las proximidades de la estación ferroviaria Rosario Central. Trabajó durante algún tiempo en el negocio de su padre pero como no le gustaba se convirtió en actriz de teatro llegando a realizar varias giras teatrales por diferentes provincias.

 

Al teatro llegó de la mano de Manuel Cordero en 1907 que le asignó,  en un principio, el papel de Maria Magdalena en la obra “Escenas de la Pasión”, si bien hubo de interpretar el de San Juan Evangelista por indisposición de la actriz que había de representarlo.

 

Con la compañía de José Tallavi representó  “Espectros” de Visen, “La loca de la casa” de Pérez Galdós y “Los nuertos” de Florencio Sánchez. A su regreso de la gira según publicó  la revista El Hogar escribió su primera obra de teatro titulada “Un corazón valiente”.

 

En 1909 ingresa  en la Escuela Normal Mixta de Maestro de Coronda donde la nombraron celadora a cambio de un salario de cuarenta pesos. Su madre asistió a la entrega de diplomas de maestros en cuyo programa de actos figuraban tres poemas de Alfosina.

 

En 1911 parte para Buenos Aires y allí nace su hijo Alejandro de padre desconocido.

En 1913 obtiene un trabajo de cajera en una farmacia y realiza algunas colaboraciones en la revista Caras y Caretas. Con gran esfuerzo llegó a trabajar como “corresponsal psicológico” en la empresa Freixas Hermanos con un sueldo de doscientos pesos la mitad de lo que hubiese ganado de haber sido hombre.

 

En Caras y Caretas se relaciona con José Rodó, Amado Nervo, José Ingenieros y Manuel Baldomero Ugarte. En Montevideo conoce a la poetisa Juana de Ibarbourou y al escritor Horacio Quiroga.

 

En su libro de poemas “La inquietud del rosal” , publicado en 1916, refleja sus deseos como mujer y su condición de madre soltera sin ningún tipo de complejo. El libro no fue bien aceptado y la revista Nosotros de Roberto Giusti y Alfredo Bianchi lo definió como “: «libro de una poeta joven y que no ha logrado todavía la integridad de sus cualidades, pero que en el futuro ha de darnos más de una valiosa producción literaria».

 

Si bien esta publicación le permitió acceder al círculo de escritores siendo la primera mujer en hacerlo; y con el mecenazgo del poeta Juan Julián Lastra y las publicaciones en Caras y Caretas le permitieron tener acceso a los editores de la revista Nosotros, una revista literaria que reunía a los escritores más selectos.  Esta nueva actividad le costó el puesto de trabajo en  Freixas Hermanos.

 

Eran momentos de crisis y la poesía no daba para vivir. Escribe gratis para el periódico La Acción, de corte socialista, y en la revista Prometeo de tendencia latinoamericanista. Busca un trabajo más rentable y consigue ser directora del colegio Marcos Paz.

 

Prosiguió escribiendo y en 1918 ve la luz su obra  “El dulce daño”. En 1918, Alfonsina, recibe la medalla del Comité Argentino Pro Hogar de los Huérfanos Belgas. En 1920

su libro “Languidez” consigue el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. Mantuvo una relación muy especial con el escritor Horacio Quiroga que duraría hasta el año 1927 cuando el escritor conoció a María Elena Bravo y contrajo su segundo matrimonio.

 

En abril de 1921 se incorpora como docente en la Escuela para Niños Débiles del Parque Chacabuco, una institución creada por Hipólito Irigoyen para paliar la pobreza donde residen niños mal alimentados y raquíticos. Alfonsina no se siente bien en este empleo al encontrarse poco apoyada por las autoridades.

 

En 1923 la revista Nosotros lanza a sus lectores la siguiente pregunta «¿Cuáles son los tres o cuatro poetas nuestros, mayores de treinta años, que usted respeta más?», Alfonsina Storni se alza como vencedora absoluta.

 

En 1925 publica “Ocre” que supone un antes y un después en su obra. Su prosa es feminista  y parte de la crítica ve en ella algo nuevo que marca un rumbo distinto en las letras de Latinoamérica.

 

Para otros sus obras se divide en dos partes: una de corte romántico casi erótico y una segunda etapa más abstracta y reflexiva. Los textos escritos entre 1916 y 1925 son etiquetados como tardorrománticos; y a partir de Ocre vanguardistas.

 

Fue designada como titular en una cátedra del Conservatorio de Música y Declamación,  maestra de Castellano y Aritmética en una escuela de Bolívar y directora del Teatro Infantil Municipal.

En 1926 escribe “Poemas de amor” y ocho después “Mundo de siete pozos”. Para entonces orienta su escritura  hacia los relatos en primera persona con ciertos rasgos autobiográficos. Uno de ellos lleva  por título “Psicología de a dos centavos” donde una mujer, Juliana, le cuenta por carta a su amiga Amelia los pormenores de su reciente divorcio. Participó e intervino en la creación en la Sociedad Argentina de Escritores.

Viajó a España visitando Madrid, Toledo,  Ávila, El Escorial, Sevilla, Granada y Córdoba. En Madrid cumplimentó el Lyceum Club compuesto por las parejas de los intelectuales y la Residencia de Señoritas dirigida por Ramiro de Maeztu.

En 1931, el Intendente Municipal José Jericó, la nombra jurado: es la primera vez que una mujer desempeña este cargo y Alfonsina se alegra de que las diferencias de sexo empiecen a ser borradas de la civilización.

En 1932 publica “Dos farsas pirotécnicas: Cimbelina en 1900 y pico y Polixena” y “La cocinerita”. Al mismo tiempo colabora en los diarios  Crítica y  La Nación sin dejar sus clases de teatro.

En 1934 publica “Mundo de siete pozos” un compendio de poemas dedicados a su hijo Alejandro. En 1937 escribe su último libro titulado “Mascarilla y trébol”.

Sus narraciones denotan su enfermedad y la espera del final de su vida que expresa mediante el dolor, el miedo y otros sentimientos. Le fue diagnosticado un cáncer de mama en 1935, en principio se creyó benigno pero no fue así.

 

Se suicidó en Mar de Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres el 25 de octubre de 1938. Sus restos se hallan sepultados en el Cementerio de la Chacarita.

 

Su suicidio inspiró la canción “Alfonsina y el mar”, de Ariel y Félix Luna y que ha sido interpretada por innumerables músicos entre ellos Mercedes Sosa y Chabuca Granda. Parte de ese tema dice”

 

Te vas alfonsina 
con tu soledad 
¿qué poemas nuevos 
fuíste a buscar? 
una voz antigüa 
de viento y de sal 
te requiebra el alma 
y la está llevando 
y te vas hacia allá 
como en sueños dormida, 
Alfonsina vestida de mar. 

 

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