Las dieciséis alumnas trillanas de Patchwork ultiman sus adornos de navidad

Dieciséis alumnas comenzaron en octubre sus clases de Patchwork, por tercer año consecutivo. Ahora todas, de la mano de su monitora, Charo Sánchez, se afanan por completar sus proyectos, “que cada vez son más complicados por la experiencia y destreza que han adquirido en estos años”, explica su monitora. Las clases tienen lugar los lunes, en la Casa de la Cultura de Trillo, en horario de mañana y de tarde, para dos grupos de ocho alumnas. Tienen una duración de dos horas en las que las alumnas progresan en sus trabajos y resuelven las dudas o reciben el consejo de su profesora y del resto de sus compañeras.

Charo visita diferentes encuentros y ferias por toda España de los que se trae patrones que luego enseña a sus alumnas de Trillo y de su taller tienda en Guadalajara. Esta manualidad está cada vez más extendida tanto por su vistosidad como por la facilidad que permite para crear cualquier clase de objeto de múltiples colores.

En estos días las artesanas trillanas están embarcadas en proyectos más clásicos, como las típicas mantas de todas las formas y tamaños, y otros estacionales, como árboles de navidad hechos con relleno y telas y todo tipo de adornos típicos de estas fechas, que, rematados con los acabados típicos del Patchwork, adquieren una especial dimensión. Y ya tienen en el horizonte la organización del que será tercer encuentro de Patchwork en Trillo, que tendrá lugar en la próxima primavera.