La rocambolesca historia del cadáver encontrado en la plaza de toros

Hay sucesos que no terminan de encajar, que se complican y que situaciones que parecían sencillas de resolver terminan por convertirse en historias rocambolescas. La pasada noche del martes aparecía en las proximidades de la plaza de toros de Ciudad Real el cuerpo de un hombre de 60 años envuelto en una manta. Una vecina vio como tres personas trataban de deshacerse del cadáver en un contenedor cercano y llamó a la Policía, que los detuvo. Sin embargo, a falta de los resultados definitivos de la autopsia, fuentes policiales  apuntan a que es posible que se trate de una muerte natural.
 
Según parece, aquella noche el fallecido, un camarero muy conocido en la ciudad, viudo y que sufría varias enfermedades crónicas estaba en casa de una de las detenidas, con las que mantenía una relación sentimental. Allí, supuestamente, murió el hombre y la detenida, asustada, tomó la peor decisión posible: llamar a sus hijos –los otros dos detenidos- para deshacerse del cadáver. Así se pasa de una muerte accidental a la supuesta comisión de un delito por parte de los detenidos.
 
Mientras intentaban deshacerse del cuerpo del fallecido, una vecina les vio, avisó a las fuerzas de seguridad, y dio otra vuelta de tuerca a un suceso intrincado y que se sigue investigando por la Policía. 
 
El cuerpo del camarero fue enterrado ayer con discreción por parte de sus familiares, mientras los detenidos esperan en los calabozos de la comisaría para pasar a disposición judicial.