Las aguas de la laguna simulan la forma de un circuito de carreras, haciendo curvas y creando pequeñas isletas, ideal para un paseo idílico. Es el lugar preferido de los halcones peregrinos, que cazan aquí, y también de la grulla, la avutarda, o el aguilucho carnicero.
Hay numerosas especies de aves habitándola, como el sisón y la ganga común. Está rodeada de una flora típica de los humedales. Para pasear, la Senda de los Cantareros tiene losas con marcas esgrafiadas, consideradas petroglifos prehistóricos. Y el Monte de Chito es un lugar silencioso donde sólo se escuchan los pájaros: ideal para un buen paseo.
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