La Santa Iglesia Prioral Basílica Catedral de las Órdenes Militares de Nuestra Señora Santa María del Prado de Ciudad Real, iniciada en el siglo XV, es de estilo gótico, aunque posee elementos anteriores de estilo románico tardío pertenecientes al precedente de la catedral: la iglesia parroquial de época de Alfonso X el Sabio. Sobre esta se construyó la catedral, la cual se terminó a mediados del siglo XVI tras la construcción de las cubiertas de las bóvedas. No obstante encontramos también elementos posteriores, de estilo renacentistas y barrocos. Lo último que se construyó fue la actual torre, a principios del siglo XIX.
Según la tradición, el 25 de mayo de 1088, la imagen de la Virgen del Prado, talla románica, llegó formando parte de la comitiva real de Alfonso VI, la cual paró en un pequeño núcleo de población de La Mancha llamado Pozuelo Seco de Don Gil. Los lugareños, tras la supuesta aparición de la Virgen, pidieron a su rey que les diese la imagen para ser venerada allí. Este núcleo, el cual cuatro siglos después se denominaría Ciudad Real, se le deduce que tendría al menos una pequeña ermita de poca importancia. Cuando en el año 1195 el rey castellano Alfonso VIII perdió la batalla de Alarcos frente a los almohades, a muy poca distancia de Ciudad Real, se cree que mandó construir una nueva iglesia en el lugar donde estaba esa pequeña ermita, aunque también es posible que ambas fuesen la misma y por tanto una sola.
Sin embargo, el precedente a la catedral que realmente está documentado, es la iglesia de Santa María, la cual fue mandada construir por el rey Alfonso X el Sabio en el año 1255, cuando concedió el título de villa al núcleo de Pozuelo Seco de Don Gil con la intención de potenciar las tierras de La Mancha como alternativa a la ya abandonada Alarcos, en el marco del proceso de Reconquista y Repoblación de la península Ibérica por parte de la Monarquía Castellana. Fue a partir de la concesión de este título, cuando se inició una política edilicia en la ciudad, en la que la iglesia de Santa María fue parte, junto a otras obras como por ejemplo la construcción de la muralla y la Puerta de Toledo.
Posteriormente, ya en el año 1420, Villa Real pasó a disfrutar del título de "ciudad" (Ciudad Real), que fue concedido por el rey Juan II de Castilla en agradecimiento a los lugareños por su lucha a favor de la Monarquía Castellana contra el poder de las Órdenes Militares, en concreto la de Calatrava. Fue a partir de este hecho cuando se decidió dotar de una catedral a la villa, acorde con su nueva condición de "ciudad".
Por tanto, a principios del siglo XV, ya se había empezado la construcción de la catedral gótica, en concreto el ábside y la cuarta bóveda. En el año 1514 la tercera bóveda de terceletes ya estaba terminada y hacia 1580 la segunda y primera bóveda son un hecho. Las dos torres proyectadas se están construyendo en torno a 1550, pero solo una será terminada, de la otra solo se construiran los dos primeros cuerpos y se utilizará para albergar la Sacristía Vieja y la Capilla de los Treviño, ya en estilo renacentista. La cubierta de las bóvedas fue un trabajo de Antonio de Écija, que debido a una demora en las obras, se realizó ya a mediados del siglo XVI tras la licencia de construcción por parte del Cardenal Arteaga en 1553. En el siglo XVII se construyeron el Camarín de la Virgen del Prado y la Sacristía nueva, de estilo barroco.
En 1875, por Bula del papa Pío IX, la hasta ese momento iglesia parroquial de Santa María, pasó a ser la Santa Iglesia Basílica Prioral de Santa María del Prado de Ciudad Real y por tanto a tener el cargo de Obispado del Priorato de las Órdenes Militares. A causa de ello, se trasladaron a la catedral los elementos de boato de las cuatro Órdenes Militares, tales como la silla maestral de la Orden de Santiago o el Portapaz de Uclés, del cual se conservan catorce piezas recientemente recuperadas, obra de Francisco Becerril en el 1565, expuesto actualmente en el Museo Diocesano de Ciudad Real. En 1877 la Catedral pasó a ser la sede de la diócesis de Ciudad Real.
En 1931 fue catalogada como Bien de Interés Cultural (B.I.C.). Durante la Guerra Civil Española la Catedral fue usada como garaje por el bando republicano, y buena parte del patrimonio eclesiástico de la Catedral, fue robado y destruido, como la silla maestral de la Orden de Santiago, que fue destruida en 1936 por la Milicia Torres de Valdepeñas o el Portapaz de Uclés, que fue robado por dos individuos de Miguelturra en agosto del mismo año. También desapareció la talla románica de la Virgen del Prado, probablemente del siglo X.
En 1967 pasó a ser también Basílica y Catedral en 1980.
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