Un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en colaboración con la Universidad de Costa Rica y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Baja California, México), ha determinado los niveles óptimos de proactividad que deben tener los robots sociales destinados al cuidado de personas mayores. La investigación, publicada en la revista Behaviour & Information Technology, se ha centrado específicamente en la aceptación y comodidad de la persona usuaria adulta mayor.
El estudio aborda lo que sus autores denominan "un reto social crítico: cómo los robots de compañía pueden ofrecer interacción social y apoyo emocional sin generar rechazo tecnológico". La investigación forma parte de la tesis de Laura Villa Fernández-Arroyo, personal investigador predoctoral en formación de la Escuela Superior de Informática de Ciudad Real, y ha sido dirigida por el profesor Ramón Hervás.
Durante el desarrollo del trabajo, los investigadores crearon una serie de escenarios en vídeo que representaban diferentes grados de interacciones proactivas con su robot social llamado Shara. Los participantes evaluaron estos escenarios basándose en utilidad, idoneidad, intrusividad percibida y naturalidad. Los resultados indicaron que los niveles más altos de proactividad se perciben como más útiles, pero también más intrusivos, mientras que los niveles intermedios, particularmente las interacciones basadas en diálogo, fueron los más aceptables.
La investigación categoriza comportamientos proactivos de los robots: desde la presencia básica hasta la autonomía completa y aporta "perspectivas científicas para el desarrollo de la próxima generación de asistentes más efectivos, que equilibren autonomía y comodidad del usuario, y que realmente acompañen en lugar de simplemente obedecer". Este trabajo representa además "un cambio paradigmático en el diseño de interfaces conversacionales: en lugar de esperar comandos, estos sistemas podrían iniciar conversaciones contextuales, recordar temas previos y sugerir actividades, creando una experiencia más humana y menos transaccional".
El estudio se enmarca en el contexto del envejecimiento acelerado de la población y los problemas de aislamiento tecnológico, brecha digital y soledad que afectan a las personas mayores.

































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