En la víspera de las carreras de la Titán de La Mancha, el ambiente en la zona de salida era impresionante. En la tarde del viernes el nuevo entorno de la plaza de toros y la zona de entrada al recinto ferial aparecía abarrotado. Cientos de corredores recogían sus dorsales y entre ellos lo hacían grupos organizados, como los corredores de la Asociación Deporte y Trasplante de España, a los que acompañaba el concejal de deportes, Javier Ortega, que se refirió la universalidad de esta prueba, en la que participan personas de todas las edades, desde muy jóvenes a mayores de 60 años o colectivos con alguna discapacidad.
Alberto Carmona, en nombre de la asociación, aseguraba que “después de un trasplante hay mucha vida”.
La asociación de trasplantados de España ya participó en ediciones anterioes de la Titán y su intención es seguir participando en años sucesivos. En esta ocasión venían 12 corredores de la Asociación Española dispuestos a correr la prueba corta, la de 100 kilómetros, teniendo en cuenta que su condición de trasplantados representa una dificultad añadida, como explicaba uno de los corredores, Ricardo García, con un trasplante de riñón desde hace 17 años. Pero el deporte, añadió, practicado bajo condiciones establecidas por los médicos, es bueno “porque hay que mover el órgano trasplantado”.
Pocas horas antes de la primera salida de las Titán (que sería a las seis y media de la mañana del sábado, la ciudad recibía a los miles de participantes y sus familias y amigos mientras se ponían a punto todos los dispositivos necesarios para garantizar el éxito de la carrera, también se llevaba a cabo una acción solidaria, una masterclass a beneficio de la asociación Supernenas, que también participaba en esta nueva edición de la carrera Titán de La Mancha.
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