Los Reyes Magos, quizá porque sabían el caudal de casi 43 metros cúbicos por segundo que iba a llevar ayer por la tarde el Río Tajo a su paso por el Puente de Trillo, eligieron un precioso barco de luces de colores como carroza desfilar en su Cabalgata trillana. Lo primero que hicieron fue "fondearla" frente a la Residencia Fuentealegre, para entregar allí a todos los abuelos y abuelas un bonito regalo. La charanga La Pícara de Navalcarnero se encargó de amenizar el momento en el que los tres sabios y sus pajes hacían entrega de los obsequios a los mayores. Se vio a Melchor, Gaspar y Baltasar departir con Tomás Henche, el último ganchero trillano del Tajo, seguramente a propósito del río. Y también a Angel Carrillo, con sus 91 primaveras acuestas, bailar sin necesidad de bastón, e incluso por momentos a saltos, al compás del soniquete del pasodoble o villancico, según tocara.
A partir de las seis de la tarde, el barco "soltaba amarras", seguido por los niños trillanos. El recorrido de la Cabalgata, con música incorporada que repasaba los villancicos del fallecido recientemente Manolo Escobar, y algunos de los más clásicos de Raphael, entre otros, "navegaba" por la calle Arzobispo Muñoyerro hasta el Puente de Trillo, para girar después, antes de cruzarlo, por la calle Jardines en dirección al Polideportivo de la Virgen del Campo. Cuando ya de vuelta pasó sobre el gran río, la gran carroza parecía navegar sobre un Tajo iluminado. El discurrir de la comitiva fue saludado con varias salvas de fuegos artificiales, que, como siempre, condujo con maestría Antonio Morales, el artificiero local.
Los Reyes Magos tuvieron tiempo para, sentados en sus tronos, recoger las últimas peticiones de los niños trillanos. El Ayuntamiento había colocado una alfombra roja en la Plaza Mayor para recibir a los tres sabios, así como unas antorchas que le daban un aspecto aún más mágico a la noche. Mientras los niños se acercaban a recordarles a los Reyes Magos sus deseos, desde la balconada del Ayuntamiento se proyectaron los dibujos sobre cristal en los que los más pequeños han estado trabajando en estos días. La gran fachada de la iglesia de la Asunción reflejaba su arte.
Y fue precisamente en su interior donde se terminó la recepción que Trillo le ha brindado este año a los tres sabios. Después de la Misa que nuevamente oficiaba Santiago Jiménez, el párroco local, Melchor, Gaspar y Baltasar repartieron más de trescientos regalos entre los niños. Para la madrugada quedó la fiesta de la Noche de Reyes que el Ayuntamiento organizó en el local municipal de la Calle Jardines. Actuó la orquesta Bákara 2.0. Los tres sabios anunciaron que pasarían, como hacían antaño, por la Covacha de los Reyes Magos para darse allí un respiro en medio de su larga noche de trabajo.
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