En un contexto de debate político previo a unas elecciones generales resulta relevante pensar en alto sobre los pilares que sustentan el Estado de bienestar en un país desarrollado y uno de los más importantes, sin duda, es la política educativa como fundamento económico y social
La política educativa en España como fundamento económico y socialObjetivo CLM - Juan José Rubio Guerrero. Catedrático de Hacienda. UCLM En un contexto de debate político previo a unas elecciones generales resulta relevante pensar en alto sobre los pilares que sustentan el Estado de bienestar en un país desarrollado y uno de los más importantes, sin duda, es la política educativa como fundamento económico y social. En España, como en el resto de los países de nuestro entorno, el gasto educativo procede principalmente del presupuesto público. La intervención pública se refleja en el crecimiento del gasto público experimentado desde 1995. Sin embargo, este crecimiento ha sido inferior al crecimiento experimentado por el PIB y por el conjunto de países de la OCDE. Mientras que en España hemos pasado del 4,6% al 4,8% en el período 1995-2011; en promedio de la OCDE, se ha pasado del 5,2% al 5,7%. Por su parte, en España, el 68% de los alumnos de primaria estaban en la enseñanza pública, el 28% en la concertada y sólo en 4% en la privada, lejos de los países más desarrollados en política educativa que ronda, en esta etapa educativa, el 92% de nivel público no concertado.La relevancia cuantitativa y cualitativa de la intervención pública en materia educativa está justificada desde un triple nivel:
Pues bien, La falta de equidad territorial en España, en materia de Gasto Público en relación al PIB por Comunidades Autónomas, está afectando a la igualdad de oportunidades educativas entre regiones y aumenta los problemas de retraso escolar, abandono escolar temprano y fracaso escolar, en definitiva. Los datos señalan que el porcentaje de alumnos que completan la educación primaria a la edad teórica de 12 años se ha reducido en 4 puntos porcentuales (88% al 84% entre 2000 y 2012).La eficacia educativa también se ve afectada por la creciente segregación escolar manifestada en los últimos años como consecuencia de la generalización del fenómeno de la inmigración lo que alimenta la concentración de grupos socialmente homogéneos en determinados centros educativos (concertados y privados), aparcando en los centros públicos la mayor parte del alumnado inmigrante cuyo entorno es el más afectado por situaciones sociales de cuasimarginalidad que afecta al rendimiento educativo de los alumnos. En este contexto, la LOMCE ha tratado de buscar soluciones al fracaso escolar a partir de una serie de acciones que se concretan en el aumento de la autonomía de los centros, las evaluaciones externas de fin de etapa, la flexibilización de las trayectorias académicas y la racionalización de la oferta educativa, aunque sigue contemplando la repetición de curso para aquellos alumnos que no alcancen los objetivos planteados, en vez de recurrir a apoyos personalizados y de seguimiento individual del alumno rezagado, como ocurre en los países más exitosos en materia educativa. Desde el punto de vista eficiencia y eficacia global en el diseño de las políticas educativas, y para la enseñanza primaria, recientes estudios desarrollados para la Comunidad de Madrid [1]ponen de manifiesto que un conjunto de variables de ámbito individual y escolar, entre las que se destacan, la renta per cápita del entorno, las capacidades y necesidades educativas de los alumnos, el género del alumnado, el tamaño del centro y la ratio profesor/alumno son, las que interactuando de forma conjunta, ejercen una influencia en el resultado escolar, y en el aprovechamiento de los recursos educativos puestos a disposición de la comunidad educativa. El diagnóstico de la situación de la educación a todos los niveles en España está hecho y, en cierta manera, consensuado por los agentes que interactúan en el fenómeno educativo. Sin embargo, la utilización de este ámbito como campo de batalla partidaria ha dificultado perfilar un mínimo común denominador, exigente y aceptable por todas las fuerzas políticas, en la definición del modelo educativo español que permitiese proyectar un sistema de Escuela a medio y largo plazo como política de Estado dotando de estabilidad y seguridad los agentes actuarios.
|
Agregar comentario