Tengo un amigo que es árbitro de fútbol y fútbol sala en diferentes categorías regionales. No tiene muchos años, apenas 20, pero ya goza con una gran experiencia en el mundo del arbitraje. En alguna ocasión le he preguntado por la razón esencial que le lleva cada fin de semana a dirigir un partido cualquiera… Su contestación siempre es la misma “Para mí el fútbol lo es todo…”
Con esta contestación uno no puede pensar que alguien que opina así, vaya predispuesto a beneficiar a uno u otro equipo o a realizar “un atraco a mano armada”, frase muy utilizada por el aficionado en general cuando consideran que su equipo ha sido perjudicado por un arbitraje. Deberíamos profundizar más en la pasión que siente todo este colectivo por el deporte y del que sin duda alguna son parte sin la cual, éste no existiría.
Llama poderosamente la atención el hecho de ver a chavales con 15 años recorriendo los terrenos de juego de nuestra provincia echándole “un par de narices” a la hora de arbitrar los partidos que les corresponden cada jornada. Es increíble la cantidad de insultos, gritos y mofas que pueden llegar a recibir en apenas noventa minutos, ya sea como árbitro principal o como juez de línea. Cuando se dice habitualmente que hay que “estar hecho de otra pasta” es cierto, muy cierto, ya que en algunas ocasiones no se queda la cosa solo en agresiones verbales, por desgracia las físicas también se producen…
Admiro ese tesón, ese no mirar atrás. Desde las gradas se pueden llegar a decir auténticas barbaridades sin sentido que nunca tienen en cuenta que son niños a los que se le están dirigiendo los improperios. Es cuestión de educación, algo muy español, “la culpa siempre es de los demás…”. Lo peor de todo, es que los propios jugadores sean los que lancen a los leones a los chavales en ciertos momentos para su propio benegficio, eso es imperdonable, sobre todo cuando se sabe cuales son las reglas del juego.
Siento profunda admiración por los árbitros, son ellos a los que deberíamos proteger también, sobre todo a los que están empezando, porque ahí es donde pueden comenzar a forjarse los grandes trencillas del futuro. No dejan de ser jueces que intentan impartir “justicia”, y eso siempre es muy difícil y más con los tiempos que corren…
Mi amigo me dice que no hay nada comparado en el deporte, y practica muchos, que se asemeje a los sentimientos dentro de un terreno de juego dirigiendo un partido de fútbol, y le creo…
Alguna vez yo también lo he hecho de forma amateur y es increíble las dudas que se generan con un simple saque de banda, la tensión que se sufre, cuando pitas una falta y el equipo infractor es el que te protesta como si su vida fuera en ello. Por ello entiendo también, que muchos estén deseando en algunos momentos pitar el final del partido…
Protejamos a nuestros futuros colegiados, de ellos depende que se siga impartiendo justicia en un futuro…
Alguien me dijo cuando era pequeño que “la ilusión y la alegría de un niño nunca se le debe quitar bajo ningún concepto”, solo espero que les permitamos seguir soñando… Recordad que en esta vida, en algún momento “todos acabamos arrastrando…”. He dicho.
Jesús Flores. (El Rey del Arrastre)
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