Las Bases de Competición ni siquiera indican grupos y número de equipos que deben configurar la Segunda B ni la Tercera división
Caos en la configuración del Fútbol Sala Nacional y RegionalObjetivo CLM El fútbol sala es una disciplina que queda enmarcada en su organización dentro de la Real Federación Española de Fútbol. No se trata aquí de volver a recordar la sempiterna lucha habida y por haber de aquellos que defienden un fútbol sala separado de la Federación de Fútbol y que se sustente en su propia organización. Pros y contras para ello siempre hay u habrá, pero lo cierto es que el fútbol sala debe crecer, en la actualidad, dentro de la estructura de la Federación de Fútbol, tanto a nivel nacional como a nivel autonómico (salvo alguna excepción). La cuestión es si la Federación de Fútbol tanto la Española como la de Castilla-La Mancha, le prestan la debida atención a una disciplina que, en número de practicantes fuera de la Federación, está mucho más extendida que dentro de ella ¿por qué?, pues simplemente por la escasa atención o “cariño” que desde dentro de la estructura federativa se les da a las diferentes competiciones. Empezando por su seriedad. Si tenemos en cuenta que las Ligas de Primera y Segunda División nacionales las controla prácticamente en exclusividad la Liga Nacional de Fútbol Sala, nos encontramos que en realidad la mano de la RFEF empieza a notarse a partir de la Segunda B. Si a esto unimos que el presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala (es decir, el presidente en pequeñito de la ”federación de fútbol sala” es Antonio Escribano, a la sazón presidente de la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha, no puede sorprender el caos y abandono organizativo que a día de hoy disfruta el fútbol sala amateur de España, es decir, la Segunda B y Tercera división. Desidia en los dirigentes federativos Las comparaciones entre el tratamiento meramente organizativo del fútbol y el fútbol sala no tienen parangón, pese a que la estructura competicional entre fútbol y fútbol sala es exactamente la misma. Para realizar este artículo hemos querido leer las bases de competición del fútbol sala nacional y ha sido una auténtica odisea encontrar la documentación. Mientras, en el caso del fútbol, está perfectamente estructurada en la página web de la RFEF. Es más, mientras que para las competiciones de fútbol (a pesar de la Primera y Segunda División, como en el caso del fútbol sala, pertenece a la Liga de Fútbol Profesional) las bases de competición de la temporada 2016/17 ya han sido publicadas en la web federativa nacional en todas las categorías nacionales, (Primera, Segunda, Segunda B y Tercera), para el caso del fútbol sala, no es así, pese a que ya hay calendarios en todas las categorías. Esto, no extraña, repetimos, siendo el presidente del fútbol sala español Antonio Escribano. (las bases de competición de la temporada 2015/16 fueron publicadas en su Federación Territorial en abril de 2016. Esto es lo que cree en la transparencia este presidente). Es más, para confirmar la desidia federativa, si alguien va a las Bases de Competición del fútbol sala en el apartado correspondiente de la web de la RFEF, le aparecerán las de la temporada 2014/15, aunque parezca mentira. Las de fútbol de la 2016/17, repetimos, ya están disponibles. Los grupos de Segunda B no son homogéneos Las de la pasada campaña, también se encuentran en la página de la RFEF, pero hay que buscar y rebuscar por las entrañas de la web hasta dar con ellas. Y una vez que las lees, se vuelve a demostrar el pasotismo y dejadez con la que se crean este tipo de normas que dejan prácticamente al libre albedrío del Comité Nacional de Fútbol Sala la composición de los grupos de Segunda B y Tercera División. (La ausencia de información genera desconocimiento y deja hacer a los federativos). Porque por no decir, las bases no dicen algo tan elemental como los equipos que deben componer cada uno de los grupos de Segunda B y cada uno de los de Tercera. Es más, en esta categoría de Tercera división, no aparece ni siquiera, el número de grupos existentes en Tercera división, con lo que inferir cuantos ascienden a Segunda B queda así en manos de un Comité que se sirve de ese sistema para pagar favores y meter a equipos en la categoría según convenga. Así, de Segunda B el Comité sólo se moja en que habrá seis grupos, nada más: “Los grupos se conformarán según las inscripciones que en cada temporada se realicen, teniendo en cuenta que habrá 6 grupos. Será potestad del CNFS la última decisión para la composición de estos grupos”. ¿De cuántos equipos se compone cada grupo? Nada se dice. Así esta temporada el Comité ha decidido que el Grupo I sea de 15 equipos, el 2 de 17, el 3 de 16, el 4 de 16, el 5 de 17 y el 6 se subdivide en dos grupos que decide la federación Canaria, dado que todos son de aquella comunidad. ¿es esto lógico? Una situación estrambótica y nada seria que va en perjuicio del prestigio de este deporte. (Hagan eso en la Segunda B de fútbol, y verán). Por cierto, que la dejadez es tal en la Federación de Fútbol con respecto al fútbol sala, que aun existiendo ya los calendarios de todos los grupos de Segunda B, no ha publicado ni uno solo en la propia página web de la RFEF. Así es como se promociona y da seriedad a esta disciplina… Como se puede apreciar, esta organización del fútbol sala no es nada seria, porque es algo básico en toda competición seria, que todos los grupos tengan el mismo número de equipos, que la Federación haga público de una vez cuál debe ser el número de equipos que debe haber en cada grupo, y que los clubes sepan claramente la forma de acceso y pérdida de esa categoría, algo que ahora es absolutamente discrecional. Una Segunda B que no se sabe cómo se quiere El caso de Castilla-La Mancha, federación que preside el presidente del Comité de Fútbol Sala Nacional, Antonio Escribano, es paradigmático de la discrecionalidad con la que se rige la composición de los grupos en categoría nacional, saltándose las propias normas de competición y los propios estatutos federativos, dado que no se respeta el prioritario mejor derecho deportivo a la hora de acceder a las categorías. La Federación, tanto Española como Regional, trabaja al revés y en vez de proponer las plazas vacantes en las respectivas categorías a aquellos equipos que se lo han merecido, da paso a aquellos clubes que, hasta siendo de nueva creación, han mostrado algún interés en pertenecer a determinada categoría. Si hay plazas, debe ofertársele al mejor clasificado y que sea este club el que la acepte o rechace. Esta temporada los clubes de fútbol sala de Castilla-La Mancha han sido divididos en tres grupos de los seis que consta la Segunda B, todo un récord. Así, habrá cuatro en el 4, uno en el 1 y otro en el 5. Seguro que se venderá como gran gestión de la Federación de Castilla-La Mancha, y vemos como Manzanares y Villanueva de los Infantes, dos equipos de la misma provincia separados por apenas 40 kilómetros, van a grupos diferentes. Y todo porque es una categoría que va a salto de mata, dando la impresión de que no se sabe cómo se quiere que esté configurada… o lo que es peor, se quiere controlar al máximo sus componentes. La Federación de Castilla-La Mancha es paradigma de saltarse todas las normas Decíamos que las plazas vacantes en todas las categorías deben ofertarse, porque así lo indican las bases de competición y los Estatutos de la Federación, al mejor clasificado. Por eso sorprende (pero menos dado la persona que preside la Federación) que un equipo como Olías del Rey, que quedó tercero en el Grupo XVI de Tercera división no haya recibido ningún tipo de invitación ni de información acerca de que había plaza vacante en Segunda B. Otra cosa es que el Olías del Rey acepte o no la plaza, pero La Federación debería haber informado al Olías y a todos los equipos del Grupo XVI de esas vacantes, porque resulta que el Ciudad de Guadalajara, equipo nacido de la unión del Guadalajara FS con el Alza Guadalajarasala ha ascendido a Segunda B. Y ojo, el club que asciende lo hace con el código federativo del Alza Guadalajarasala que acabó en décima posición de su grupo de Tercera. Es decir, que aunque es cierto que el Guadalajara FS acabó en cuarta posición, también lo es que el club que asciende es el que acabó en décima posición, habiendo clubes por delante de los alcarreños que, a lo mejor, hubieran aceptado ese ascenso de categoría si se le hubiera ofrecido. Insistimos, pese a que haya clubes que tengan muchas ganas de ascenso, la Federación siempre tiene la obligación de ofrecer la plaza a los mejor clasificados. Eso es dar seriedad a la competición y cumplir la normativa. Lo demás es mercadeo y pago de favores. El caso de la Tercera división Grupo XVI, el de Castilla-La Mancha, es paradigmático de que la Federación de Castilla-La Mancha no respeta las normas. Ni siquiera respeta a su propia competición autonómica. Para empezar, no se sabe tampoco el número de equipos que ha de tener la competición, tan solo este párrafo aparece en las bases de competición: “Ascenderán a Segunda División “B” todos los campeones de los grupos con 14 equipos o más”. No hay más. Bochorno escandaloso de la FFCM Por tanto, esta temporada la FFCM quería hacer un grupo de 16 equipos (porque así lo ha querido ella) pero no ha respetado los derechos deportivos de los 30 clubes que han militado en una competición auspiciada por la FFCM, la Primera Autonómica, que ha quedado retratada como los parias del fútbol sala a los que no se les ha tenido en cuenta. El escándalo ha llegado cuando nada menos que cuatro equipos absolutamente nuevos, Valdepeñas B, Salesianos Ciudad Real, Deportivo Brihuega y Academia Goma Talavera han tenido preferencia sobre los 30 de Primera Autonómica para acceder a Tercera división, saltándose todas las normas federativas y del sentido común, despreciando la Federación a sus propios equipos regionales a los que no les dio, salvo a última hora y por las presiones recibidas, la oportunidad de ascender a Tercera división. Oportunidad, por cierto, vía express y dándoles un sólo día de plazo para pedir plaza en Tercera. Un bochorno escandaloso. No solo eso, sino que saltándose también la propia normativa, el Albacete FS, que había descendido, ha sido recuperado para la Tercera división, cuando es algo que las normas, también indican, ex profeso, que los equipos descendidos, descendidos están y hay que dar prioridad a los de la categoría inferior. La RFEF y la FFCM deben cambiar en beneficio del Fútbol Sala Para dar seriedad a las competiciones, para que haya más clubes que se quieran federar, para que la enorme cantidad de practicantes existentes al fútbol sala que prefieren participar en ligas independientes al margen del estamento federativo vuelvan a las competiciones federadas, es la propia Federación la que debe cambiar sus formas de actuar, dejar de hacer favores, y ofrecer las plazas vacantes a los que deportivamente se la merecen. Y no como hace ahora, donde el Comité de Fútbol Sala, Nacional y Regional, solo parece estar preocupado por hacer favores a los amigos y contestar a las críticas que recibe por las redes sociales. Si la Federación no respeta a sus propios asociados y clubes, el fútbol sala en general no puede esperar que progrese esta disciplina. No al menos mientras esté en las manos de los que está. |
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