La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha ha estimado una reducción media del 30 por ciento de la producción de vino y mosto en Castilla-La Mancha, lo que supone una estimación a la baja de las previsiones iniciales en las que se calculaba un descenso entre un 11 y un 13 por ciento respecto a la campaña anterior.
Según estas nuevas estimaciones, la producción de vino y mosto de la región se situará por debajo de los 20 millones de hectolitros, debido, principalmente, a la sequía que se arrastra desde hace años y otros fenómenos meteorológicos que han mermado gran cantidad de fruto.
Asimismo, la Organización ha constatado que la vendimia se ha adelantado, en casi toda la región, quince días con respecto al año pasado, siendo las altas temperaturas primaverales el principal motivo de este adelanto.
En cuanto al mercado y a los precios, la Organización ha explicado que debido a la caída en la producción y escasez de otros países y a las bajas existencias de vino en las bodegas y cooperativas, los precios de la uva deberían ser notablemente superiores a los de la campaña anterior.
Es por ello que desde ASAJA de Castilla-La Mancha se ha advertido de que denunciará cualquier posición de dominio por parte del sector industrial en la región, así como, posibles prácticas irregulares en las que se pacten los precios de la uva de forma unilateral por parte de determinadas industrias o bodegas.
La Organización también ha exigido a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) la vigilancia y el cumplimento de la Ley 12/2013 de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria animando a los agricultores a denunciar cualquier infracción que se cumpla como, por ejemplo, fijar precios de la uva sin un contrato entre las partes.
En este sentido, ASAJA de Castilla-La Mancha ha denunciado una vez más que, a fecha de hoy, sigue sin haber precios de referencia de la uva en las tablillas de las bodegas e industrias vitícolas, lo que supone una situación de indefensión para los agricultores ya sea de forma directa, al entregar la uva, o indirecta si se realiza un contrato en el que no figura un precio cierto de la uva.
Por último, la Organización ha hecho un llamamiento a la Consejería de Agricultura para que realice las acciones correspondientes en cuanto a controles y seguimientos pertinentes de la uva se refiere con el fin de asegurar el cumplimiento de la trazabilidad alimentaria.
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