La salud bucodental de los menores es un punto clave en el crecimiento de los niños. Esto es así porque la dentadura los va a acompañar toda la vida, y un proceso como la caída de los dientes de leche es común a todos los peques en una etapa temprana.
Sin embargo, los escenarios son radicalmente distintos en cada niño: los hay que pierden los dientes rápido y cuyas piezas definitivas crecen perfectamente alineadas, quienes precisan de aparatos para mejorar su mordida, e incluso a veces se hace necesaria la extracción de dientes en niños porque crecen los definitivos sin que los de leche se caigan de manera natural.
¿Los dientes de leche no se caen?
De manera habitual, los niños comienzan a perder las piezas de leche en torno a los seis años. Este proceso, que cambiará los dientes temporales por aquellos que ya conformarán la dentadura definitiva, dura en torno a dos años.
Si todo ocurre de la manera esperada, los dientes de leche se caerán fácilmente cuando las piezas definitivas comienzan a “empujar” desde las encías. Sin embargo, existen algunos casos en los que los dientes de leche no se caen.
Son muchos los motivos que pueden estar detrás de esto:
- No hay diente definitivo: esta situación se llama agenesia y ocurre cuando las piezas finales no se han creado, por tanto, nada empuja al diente de leche.
- No hay espacio: apiñamientos o falta de espacio en las encías o ciertos golpes también pueden hacer fuerza para que el diente definitivo no tenga la holgura suficiente para emerger.
- Diente pegado al hueso: otra pequeña malformación ocurre cuando el diente de leche ha nacido pegado al hueso, de manera que no se puede caer de manera natural cuando la pieza definitiva busca su hueco.
Los dientes de leche no caen, pero salen los nuevos
De todas estas situaciones, la más preocupante es aquella en la que el diente de leche ha decidido no caerse y el definitivo busca otros “huecos para salir”. En estos escenarios es cuando se producen erupciones incorrectas, malformaciones o dobles líneas de dientes. Ninguna de estas soluciones es, obviamente, adecuada.
En estos casos, siempre hay que buscar ayuda rápida en una clínica odontológica: el dentista retirará los dientes de leche de manera forzada para dejar espacio a la dentadura definitiva.
Si esto se lleva a cabo de manera prematura, generalmente se puede reconducir el crecimiento de las piezas para que estas ocupen el lugar que les corresponde, sin causar ningún tipo de perjuicio en el niño.
Un control odontológico habitual es la mejor solución
Los dentistas recomiendan hacer una visita al año para revisar que todo esté bien. Esto no es solo así para los adultos: los niños también deberían acudir a las clínicas de manera habitual para controlar el crecimiento de los dientes y llevar a cabo cualquier actuación antes de que sea demasiado tarde.
Esta es una gran decisión en situaciones en las que se da un crecimiento incorrecto de los dientes definitivos: el dentista puede adelantarse al problema y programar una extracción de las piezas de leche para que la sonrisa de los niños sea perfecta y funcional desde un primer momento.
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