El referéndum que tuvo lugar en el Reino Unido el 23 de junio de 2016 trajo consigo consecuencias que podríamos calificar de extraordinarias, ya que nunca antes había ocurrido que un país que formara parte de la UE decidiera abandonarla. Una de las primeras consecuencias que salta a la vista de todos, especialmente de quienes desean estudiar inglés, es la admisión o no de este último como lengua oficial de las instituciones europeas.
La situación de la lengua inglesa antes del Brexit
Hasta 2016, las lenguas oficiales de la Unión Europea eran 24. Sin embargo, las lenguas más utilizadas en todas las comunicaciones oficiales de los organismos de la UE fueron el inglés, el alemán y el francés. Esta afirmación es fácilmente comprobable: basta pensar en todos los discursos e intervenciones del Presidente de la Comisión Europea, que se enuncian en estas tres lenguas.
Las primeras reacciones al resultado del Brexit
Tras el Brexit, varios eurodiputados definieron el inglés como una lengua a excluir del abanico de idiomas oficiales. De hecho, si es cierto que cada nación de la UE tiene derecho a tener una lengua oficial, también lo es que Malta e Irlanda, donde el inglés es de uso común, han preferido el maltés y el gaélico, respectivamente, al inglés a la hora de oficializar sus lenguas. También hay que decir que cuando Malta e Irlanda entraron en la Unión Europea, el inglés ya estaba presente entre las lenguas oficiales, por lo que estas naciones optaron por sus lenguas secundarias. La posibilidad de excluir el inglés de las lenguas oficiales de Bruselas puede asustar a todos aquellos que han elegido el idioma británico como única lengua adicional a la materna, como los periodistas.
¿Se excluirá el inglés de las lenguas oficiales de la UE?
Para que el inglés sea eliminado de las lenguas oficiales de la UE, el Consejo Europeo debe tomar una decisión unánime al respecto. De hecho, el artículo 342 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establece que el Consejo tiene la facultad de añadir lenguas oficiales con motivo de la ampliación a otros países y de suprimirlas, pero para ello el voto debe ser compartido por unanimidad por los 27 países. Lo más probable es que esto no ocurra, sobre todo porque el inglés es la lengua más estudiada y utilizada en todos los países de la Unión, además de ser la más extendida entre los parlamentarios de diferentes lenguas. Por lo tanto, el uso del inglés, incluso después de la salida del Reino Unido de la UE, podría transformar esta lengua en un idioma neutral utilizado por la Comunidad en sus comunicaciones oficiales.
¿Cuáles son las alternativas?
Entre las alternativas al inglés, el idioma más popular es el francés. Los belgas y los franceses están especialmente interesados en esta elección, ya que el francés es utilizado por el 12% de los ciudadanos europeos, para quienes es su lengua materna. A ellos se suman los alemanes: aunque los alemanes podrían apoyar la elección del francés, que también está muy extendido en el mundo germánico, también podrían plantear la petición de elegir su propia lengua como idioma oficial, dado que el alemán es la lengua materna del 16% de la población europea. Por último, también está el italiano: es la segunda lengua materna de la Unión, hablada por el 13% de la población.