“Por fin el sueño se hizo realidad”. Tan sencillas como significativas fueron las palabras de la presidenta de la hermandad de la Virgen de las Angustias, María Dolores Alhambra, a los medios de comunicación. Estábamos sobre el nuevo empedrado del monte del Calvario y junto a las tres cruces representativas, minutos después de ser bendecida la profunda remodelación llevada a cabo, que llega justo en vísperas de una Semana Santa que volverá a ver salir desde allí a la imagen titular para la procesión del Santo Entierro.
Había caras de satisfacción. También de emoción. Pero, sobre todo, flotaba una sensación de ‘misión cumplida’. El párroco de San Juan Bautista de la Concepción, Óscar Casas, ya había vertido agua bendita sobre el emblemático espacio “con mucha alegría porque ha supuesto mucho esfuerzo por parte de una junta directiva que ha trabajado muchísimo, y de todas las personas que son afines”, dijo. Y mientras la gente que llenaba el rasillo, visitaba las nuevas dependencias, probaba un bizcocho blanco y un chupito de mistela, la presidenta hablaba en nombre de sus compañeros de fatigas.
Piedras en el camino
“Estamos felices, pero queda un poco dolor porque ha sido un camino muy difícil”. “Hemos tenido muchas noches que hemos llorado y hemos pensado en irnos, pero la Virgen nos ha puesto su mano y hemos aguantado hasta el final”, declaró. Al margen de lo que llama “piedras en el camino”, no ocultan su satisfacción viendo el resultado final, por ejemplo con el nuevo salón excavado bajo el monte. “Teníamos una habitación pequeña y llena de humedad, y ahora parece que estás en otro mundo”. También destacaba el aspecto limpio y pulcro que presenta el monte, donde se han respetado elementos imprescindibles como las cruces y el olivo. En cuanto al muro principal, les gustaría que se quedara con la piedra vista, aunque no depende de ellos. “Hemos dicho muchas veces que dependemos de Patrimonio y tendrá que ser lo que ellos nos digan”.
Había caído la noche tras un día intenso. Las visitas se sucedieron desde por la mañana, incluidos colegiales. “Cuando ves aquí a los niños dando la catequesis en el monte o los vecinos de dicen la vida que hemos dado al barrio, te olvidas un poco de lo que has pasado”. “Para mí ya ha sido diferente el Viernes de Dolores, y la salida desde aquí también será especial”. En efecto, todos esperan con ganas que lleguen 7,45 de la tarde del Viernes Santo. A esa hora saldrá la Virgen de las Angustias a costal desde su lugar natural de reposo. La última vez fue en 2018, aunque apenas unos metros antes de que comenzara a llover.
Agradecidos al pueblo
Después vendrá el siguiente desafío: pagar la obra. La cofradía se está moviendo al máximo para allegar fondos, bien con la venta de dulces, con ensayos solidarios o mediante donativos que llegan de aquí y de allí. “Estamos súper agradecidos del pueblo; si vendemos dulces, colaboran; si hacemos un ensayo solidario, colaboran. Esto es una cosa para el pueblo y está respondiendo”, insiste María Dolores Alhambra. Definitivamente, las penas con pan son menos.
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