La salud bucal es un tema recurrente que afecta a todos los miembros de la familia, a cualquier edad. El cuidado de la boca, los dientes y las encías requiere de una rutina diaria con las herramientas y productos adecuados. Gracias a la variedad en el mercado, es posible escoger el cepillo, el dentífrico y el hilo dental que más le guste, de acuerdo a sus necesidades.
Ahora bien, cuando la salud bucal se ve perjudicada por una afección como caries, gingivitis, mal aliento o rotura de empastes, es necesario acudir a un especialista. Sin embargo, la mayoría de estos tratamientos no son cubiertos por la salud pública y el paciente debe lidiar con todos los gastos.
La higiene bucal en la familia
Todas las personas, jóvenes o de tercera edad, necesitan cuidar de su higiene bucal. Cuando empiezan a salir los primeros dientes, los niños deben cepillarse todos los días para prevenir enfermedades bucales como gingivitis o mal aliento.
Inculcar un correcto cuidado de los dientes desde muy pequeños es fundamental y, además de los canales tradicionales, existen multitud de recursos y blogs con información dental para padres y madres.
Durante la etapa de crecimiento del diente de hueso, se recomienda asistir al dentista debido a los múltiples riesgos implícitos, desde molestias en las encías hasta malformaciones maxilares. Las caries son un problema constante a esta edad gracias al encanto de los niños por los azúcares y los alimentos procesados. En el mercado existen productos como enjuagues o dentífricos especialmente hechos para los más pequeños.
Según los diagnósticos de profesionales en salud bucal, la adolescencia y los primeros años de adultez son ideales para reparar los dientes mal posicionados porque la sonrisa aún está terminando de formarse. Esto implica, por supuesto, llevar una higiene bucal impecable utilizando los productos adecuados y consultando regularmente al dentista.
Entre la edad adulta y la senectud, el esmalte dental se va desgastando poco a poco. Naturalmente, si la persona lleva un buen hábito en su higiene bucal, reducirá los problemas más frecuentes como gingivitis, rotura de empastes, caries, desgaste de las encías y las raíces de los dientes, entre otros.
Existe un caso más: determinadas enfermedades crónicas pueden afectar de manera especial a las mucosas bucales como parte de su curso natural. Es el caso de las afecciones que tienen que ver con el páncreas, por ejemplo: pese a que, por su dolencia, no deben consumir azúcar de forma habitual, los alimentos para diabéticos pueden terminar por dañar encías y esmalte si no hay un correcto cuidado de los mismos.
La salud bucal y los seguros médicos privados
Pese a que la sanidad pública ofrece servicios de consulta odontológica, los tratamientos preventivos y cirugías de ortodoncia han de ser pagados por el paciente. No hace falta mencionar lo costoso que es cualquier procedimiento bucal, por eso muchas personas han optado por contratar un seguro médico privado como los que ofrece Adeslas a través de su agente exclusivo Aseguramos Salud. De esta forma, prevenir posibles afecciones bucales es mucho más rápido y fácil.
Entre los beneficios que trae tener un seguro de salud privado se encuentran:
- Atención inmediata, sea por emergencia médica o consulta regular.
- Puedes escoger tu propio especialista según la hora y el día que te convenga.
- Los gastos médicos tradicionales los cubre el seguro
- Algunas pólizas admiten el financiamiento total o parcial de tratamientos de ortodoncia como brackets, cirugías, reparaciones o extracciones.
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