Si canjeamos el sustantivo ¿Zanjamos el problema?

Que la justicia es lenta es algo que los españoles conocemos de antemano muy bien. La sabiduría popular dice “Pleitos tengas y los ganes” que viene a referirse a las cuantiosas pérdidas que un pleito puede ocasionar y a la dilatación en el tiempo.

Pero hete aquí que en lo sucesivo todo será más diligente; no porque se halla reforzado la plantilla del Ministerio de Justicia: Jueces, Magistrados, Secretarios; Personal Laboral …etc,  sino porque nuestros casquivanos políticos han resuelto, a veces dan la sensación de que no tienen nada que hacer y se aburren como ostras, aprobar un Proyecto de Ley de Enjuiciamiento Criminal donde  el término “imputado” se sustituya  por el de “investigado”.

Albricias, han salmodiado alborozados, todos los instructores. De un plumazo han desparecido las cajas apiladas en los juzgados y los sumarios con más páginas que El Quijote. 
 
Dicha Ley sostiene los plazos para la instrucción, veta que se puedan escuchar conversaciones sin autorización judicial y lo más jocoso bautizan, eso sí, sin agua bendita y como lo manda la Santa Madre Iglesia, a los ladrones que pasan de ser "imputado" a ser "investigado"; y A medida que al investigado le crezcan los enanos volverá a recibir de nuevo las aguas bautismales y se le impondrá el nombre de "encausado".  Lo que la Ley no aclara es si para cuando llegue ese momento el imputado, investigado, encausado estará criando malvas o el delito se habrá difuminado en el tiempo. 

Tanta agua traída del Jordán no impide que diecinueve alcaldes imputados por corrupción participen en  las próximas elecciones municipales de mayo, y otros estén soterrados en algún que otro escaño.

En la actualidad existen un total de setecientas treinta causas abiertas a diversos partidos. A la cabeza se coloca el Partido Socialista Obrero Español con doscientas sesenta y cuatro casos abiertos; el Partido Popular con doscientas;  Coalición Canaria tiene  cuarenta y tres; Convergencia y Unión con treinta; Partido Andalucista con veinticuatro; Izquierda Unida con veinte; el Grupo Independiente Liberal  llega a las diecisiete;  Unión Mallorquina presenta siete; Esquerra Republicana de Catalunya cuenta con cinco; el Bloque Nacionalista Gallego con tres, y el Partido Nacionalista Vasco otras tres.

Aún así el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido entiende que la corrupción  no es algo extendido.
Otrora si nos retrotraemos en la noche de los tiempos el Fiscal General del Estado torne su opinión por otra más acertada y se deje de solfas y eufemismo.

En tiempos de Maricastaña, cuando hablaban las calabazas, nuestro Señor el Rey Felipe IIII contaba con un valido por nombre Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, y por título Duque de Lerma que arrasó hasta con el polvo y las telarañas de las arcas del estado. Eso sí “ Para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España, se viste de colorado”. 

La reina regente María Cristina de Borbón estuvo más preocupada por llenar sus cofres particulares que de ejercer la regencia en nombre de Isabel II y de los problemas de su pueblo. Se lucró con la sal, con los ferrocarriles, con la trata de esclavos y cualquier otro negocio que pudiera serle rentable.  

El 5 de octubre de 1931 entre los partidos Partido Republicano Radical, el Partido Socialista Obrero Español, el  Partido Republicano Radical Socialista, Acción Republicas y Esquerra Republicana de Catalunya  se repartían 24 millones de pesetas.

El 28 de diciembre de 1932 se aprobó el presupuesto de gastos para los coches oficiales y cuyo importe ascendió a  once millones doscientas noventa y cinco mil pesetas. Se compraron treinta y un coches modelo Chrysler cuyo coste ascendió a novecientas cincuenta mil pesetas. En palabras del periodista Julio Camba “ ….una cosa es tener automóvil cuando se es, por ejemplo, ministro, y otra cosa es hacerse ministro para tener un automóvil…”. 

El estraperlo y el asunto Nombel en al año 1935 acabó con el gobierno de Alejandro Lerroux y del Partido Republicano Radical. La compra de armas y suministros en el extranjero, fueron el origen de los casos de corrupción más sonados los de la Comisión de Compras de Paris y la y la CAMPSA, en ellos se vieron envueltos Indalecio Prieto y Juan Negrín.

Durante el Franquismo aparecen entre otros los siguientes casos: Caso Barcelona Tracción, Estraperlo; La agenda Rivara; Caso Manufacturas metálicas madrileñas; Caso Matesa; Sofico y Confecciones Gibraltar. 

Llegamos a la Transición y nos topamos con : el caso del aceite de colza; caso Fidecaya.

El gobierno de Felipe González nos agasajó con el :  Caso Flick, Caso Kio; Caso Wardbase; Caso de los fondos reservados; Caso Rumasa; Caso Filesa; Caso Ave; Caso SEAT; Caso Osakidetza; Caso Guerra, Caso Godó, Caso Gran Tibidabo; Caso Banesto; Caso GAL, …..etc.

José María Aznar no quiso dejar en mal lugar a su antecesor y nos brindó, entre otros: el Caso Zamora, Caso Pallerols; Caso del Lino; Caso Sanlúcar; Caso Villalonga; Caso Tabacalera; Caso Forcem, y Caso Gescartera.

El contador de nubes, José Luis Rodríguez Zapatero, nos ha consignado en herencia todos estos casos de corrupción:  Caso Zafarraya; Caso de la Ciudad del Golf; Caso Bolín; Caso Salmón; Caso Sayalonga; Caso Mafsa; Caso Alzoaina; Caso Plasenzuela; Casos de los ERES falsos; Caso Riopedre, Caso Campeon; caso Noos…..etc.

Y otro que no querido dejar en mal lugar a sus antecesores ha sido mariano Rajoy con los casos: Gurtel, Emarsa, Operación Pitiusa,  Operación Pokemon;, Caso Dívar, Caso Alcorcón, Bárcenas, Tarjetas opacas de Caja Madrid y Operación Púnica.

Ante tanto dislate y falta de rigor por parte de todos, más que emplear circunloquios para nombrar a los saqueadores deberíamos recurrir a los antiguos galenos para que con sus sanguijuelas nos realizasen una transfusión sanguínea; pues a tenor de lo expuesto lo de expoliar, estafar y mangar  es algo que llevamos, como diría un castizo,  en la masa de la sangre.

A modo de agravio se dice que la justicia es ciega , también que “La justicia no mira a las personas, sino los hechos».y que es igual para todos; pero, a veces, se tiene la creencia que por algunos lugares pasa de puntillas y en noche oscura porque ni está ni se la espera.