Hay días que aparece una nube gris en el pecho, un nubarrón a punto de romper a llover. Aparece así sin más, sin invitación ni preaviso. Hay días así...
Nube de tangoObjetivo CLM - Angelica Sánchez Hay días que aparece una nube gris en el pecho, un nubarrón a punto de romper a llover. Aparece así sin más, sin invitación ni preaviso. Hay días así... De refugiarse en un jersey gris y mirar por la ventana pensando en nada, de poemas de Cortázar y sentirse "ennubada"; de oír de refilón un tango y no reconocer qué cara muestra, si la triste o la pasional. Melancólica, supongo. Que un tango sea la banda sonora de un nubarrón emocional empuja con violencia la rotura de la gran nube en una larga y profunda lluvia purificadora para que al fin brille un sol rutilante. Es un estilo musical elegante, probablemente, uno de los más humanos. Visceral, melancólico, apunta directo al corazón y no se anda con chiquitas cuando se propone sacar de ti lo más desgarrador que sin pensarlo dos veces, aparece cuando estás triste haciéndote caer a lo más profundo para levantarte y salir a flote. Sin embargo, si te toma de la cintura con delicadeza, es pasional, amoroso, te sonríe pícaro, con cadenciosa zalamería para conseguir su deseo, que no es más que sacar lo mejor de una misma en el vaivén de sus compases. El tango, aunque muestre dos caras de una misma moneda, siempre será de la misma forma: liberador. En este micromomento nublado, de decantarse más por llorar que por reír, el tango zarandea tomándome por la cintura y delicado, susurra al oído: "Olvida todo el tiempo que dure el tango. Y déjate llevar". Pd. ¿Hay algo más liberador que "Libertango"? |
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