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    Angélica Sánchez
    Cronista de lo desapercibido

Carta a César

He de advertirte que esta aventura en la que te embarcas llamada VIDA, viene sin mapa y sin manual de instrucciones. Sinceramente, entre tú y yo, me hubiese encantado que alguien hubiese descubierto las respuestas de las tres eternas preguntas transcendentales de la Humanidad

Imagen: Carta a César
Objetivo CLM - Angelica Sánchez
Lunes, 04/05/2015 | Nacional | Portada, Opinión

Hola, César.

Me llamo Angélica, tengo 36 años, mido 1’78 cm y cabello largo, negro y rizado. Me gusta leer, escribir, pintar, cocinar y pasear con mi perrilla Triana. Y la música. Mucho. Estas cosas las irás descubriendo a medida que nos vayamos conociendo poco a poco y sin prisa. Tenemos toda la vida por delante. De momento, a día de hoy basta que sepas las ganas que tenía de conocerte, de lo mucho que te quiero antes de tu llegada y que soy una mujer con suerte.

Suerte por haber nacido.

Como tú.

He de advertirte que esta aventura en la que te embarcas llamada VIDA, viene sin mapa y sin manual de instrucciones. Sinceramente, entre tú y yo, me hubiese encantado que alguien hubiese descubierto las respuestas de las tres eternas preguntas transcendentales de la Humanidad, aunque sospecho que si  las hubiesen descifrado, vivir no tendría la gracia que tiene poniendo en práctica el ensayo-error, acertar y equivocarse. También he de decirte que aunque supiera las respuestas a estos “qué” y “porqués”, tampoco las desgranaría. No porque no quiera decírtelas (ojalá conociese las respuestas), sino porque es algo que debes descubrir por ti mismo. Nadie nace sabiendo y según mi experiencia desde que llegué al mundo esto consiste aprender una y otra vez, caer y levantarse. Comprobarás con el tiempo que esto te hace ser fuerte. Y feliz. Porque aquí venimos para ser felices y aprender a serlo. Puedo asegurarte que nunca se deja de aprender y lo mejor de todo es que estarás acompañado en este camino por personas maravillosas que te guiarán y enseñarán a conseguirlo, como papá y mamá. ¿Sabes? Tienes mucha suerte por haber elegido los padres que tienes, de quienes te puedo asegurar, son los  mejores que puedes tener. Créeme, son realmente geniales y puedes estar muy orgulloso de ellos y de lo mucho que te quieren y te cuidan. Papá y mamá molan. Mucho. Los abuelos y tíos, también. Cada día descubrirás que ninguno de nosotros podemos concebir la vida sin ti y que siempre tendrás a este grupo de personas que así, sin más, porque existes, te ama para siempre. Qué curioso y hermoso es esto del amor, ¿verdad, pequeño?

Te recomiendo que aprendas a bucear en tu interior, que mires el cielo e imagines figuras en las nubes, que trepes los árboles, que juegues con las olas, que leas a Michael Ende, que conozcas a Mafalda y oigas a The Beatles, que elijas bien los buenos amigos, que rías cuanto puedas, que ames y seas amado. Y si alguna vez sientes que las cosas no salen bien, no te preocupes, que sepas que todo irá a mejor y al final, de lo único que te vas a acordar son de las cosas buenas.

No te entretengas en tonterías, que las hay; busca y quédate con lo que te hace feliz, que el tiempo corre muy deprisa… 

Se despide de esta, mi carta de bienvenida al mundo, tu tía, esa que te estruja los mofletes a golpe de besos con “remeneo” y que te susurra al oído lo reguapo que eres, con el mayor de los deseos, que seas muy feliz en este viaje.

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