Clara Campoamor Rodríguez nació en Madrid el 12 de Febrero de 1888. Hija de María Pilar Rodríguez Martínez de profesión costurera y de Manuel Campoamor Martínez, contable en un periódico
Mujeres que dejaron huella en la historia, Clara CampoamorObjetivo CLM - Lucía Ballesteros Clara Campoamor Rodríguez nació en Madrid el 12 de Febrero de 1888. Hija de María Pilar Rodríguez Martínez de profesión costurera y de Manuel Campoamor Martínez, contable en un periódico. Su familia paterna era oriunda de Cantabria y de Asturias y la materna de Madrid y Toledo. El matrimonio tuvo otros dos hijos de los cuales sólo sobrevivió uno, Ignacio, que llegaría a ocupar puestos destacados en política durante la II República. A la edad de diez años tiene que dejar sus primeros estudios por el fallecimiento de su padre para contribuir a la economía familiar. Trabaja como modista, dependienta de comercio y telefonista. En 1909 logra una plaza, mediante oposición, en el Cuerpo de Correos y Telégrafos, como funcionaria de segunda. Es destinada primero a Zaragoza y posteriormente a San Sebastián. En 1914 accede, por oposición, a una plaza en el Ministerio de Instrucción Pública, lo que le servirá para regresar a Madrid como profesora especial de taquigrafía y mecanografía en las Escuelas de Adultas. En los años siguientes trabajó como traductora de francés, auxiliar mecanógrafa en el Servicio de Construcciones Civiles del propio Ministerio y secretaria de Salvador Cánovas, director del periódico conservador “La Tribuna”. Este trabajo despertó su disposición por la política y la publicación de algún artículo. En 1920 emprende sus estudios de bachiller y en 1923 se matricula en la Facultad de Derecho donde se licenció en 1924. Entre tanto ha tomado parte en algunas asociaciones e impartido diferentes conferencias. A los 36 años es una de las pocas abogadas españolas del momento que ejerce su profesión. Hay quien piensa que sus pensamientos a cerca de la igualdad de las mujeres la aproximaron al Partido Socialista Obrero Español y que escribiría el prólogo del libro “Feminismo socialista” de María Cambrils, con dedicatoria a Pablo Iglesias. Nunca se afiliaría al Partido Socialista ni admitió la connivencia de los socialistas con la Dictadura de Miguel Primo de Rivera. En cambio, en 1929, fue parte del comité organizador de la Agrupación Liberal Socialista que desaparición poco tiempo después. Clara Campoamor y Matilde Huici, republicanas, y hostiles al régimen de Primo de Rivera, plantean, sin éxito, que dicha Agrupación se desmarque de la dictadura. Sostiene un gran dinamismo como conferenciante en la Asociación Femenina Universitaria y en la Academia de Jurisprudencia, sosteniendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política. Colaboró con Martí Jara, amigo de Manuel Azaña, en el nacimiento de Acción Republicana , de cuyo Consejo Nacional formó parte en sus inicios. No obstante, jamás consiguió su objetivo “ : la unión de todos los republicanos y republicanas en un gran partido de centro con Azaña como delfín natural de Alejandro Lerroux”. Clara admite la defensa de los sublevados en Jaca, Ángel García Hernández y Fermín Galán, junto con el proceso contra el Comité Revolucionario entre cuyos implicados estaba su hermano Ignacio. Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor, es nombrada diputada, en 1931 las mujeres podían ser elegidas pero no podían ser electoras, por el Partido Radical, a cuyas filas pertenecía por ser este de corte republicano, liberal, laico y democrático", constantes de su propio ideario político. Toma parte en la elaboración de la Constitución de la Nueva República como miembro de la Comisión Constitucional formada por 21 diputados. En el mencionado organismo contendió por implantar la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, popularmente conocido como “voto femenino”. Logró todo salvo lo concerniente al voto que hubo de ser deliberado en las Cortes de España. La izquierda, salvo un grupo de socialistas y republicanos, se opuso a que la mujer votara pues la creían muy sujeta a la Iglesia y, por ende, votaría a la derecha. Por lo tanto, el Partido Radical Socialista encaró a Clara Campoamor con otra acreditada diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres. El debate tuvo lugar el día 1 de Octubre y constituyó todo un suceso, la aprobación del artículo 36 que propició el sufragio femenino se consiguió con 161 votos a favor y 121 en contra. Obtuvo el apoyo de la mayor parte del Partido Socialista, excepto el de Indalecio Prieto, gran parte de la derecha, casi todos los diputados de Ezquerra Republicana de Catalunya, los progresistas y la Agrupación de Defensa de la República. Enfrente se situaron Acción Republicana, el Partido Radical Socialista y el propio Partido Radical, menos cuatro compañeros, algo que Clara Campoamor la incomodó muchísimo. Ni ella ni Victoria Kent lograron renovar sus escaños en las elecciones de 1933. En 1934, Clara Campoamor, se aleja del Partido Radical por su disciplina a la CEDA y los desmanes provocados en la contención de la sedición revolucionaria en Asturias. Cuando en ese año pretendió, gracias a la mediación de Santiago Casares Quiroga, unirse a la Izquierda Republicana, su ingreso le fue desaprobado. En ese momento escribió y publicó “Mi pecado mortal. El voto femenino y yo”, toda una aserción personal de sus luchas parlamentarias. Al estallar la Guerra Civil se expatrió a París donde en 1937 publicó “La revolución española vista por una republicana”. En esta obra relató su pericia en Madrid y, en ella, atacaba fuertemente el proceder de los republicanos. Residió una década en Buenos Aires donde trabajó como traductora, impartiendo conferencias y escribiendo biografías como la de Concepción Arenal, Sor Juana Inés de la Cruz y Quevedo. Proyectó retornar a España a finales de los años cuarenta pero renunció al saber que estaba procesada por haber pertenecido a una logia masónica. En 1955 se afincó en Lausana, Suiza, donde trabajó en un bufete de abogados hasta que perdió la vista. Falleció de cáncer en abril de 1972 y sus restos mortales fueron trasladados, tiempo después, al cementerio de Polloe en San Sebastián al panteón de la familia Monsó Riu por ser Clara madrina de la familia. Después de la Transición se le rindieron varios homenajes y reconocimientos considerados escasos por parte de algunas organizaciones pro igualdad de la mujer. En 1998 la Secretaría de Igualdad del Partido Socialita de Andalucía creó los Premios Clara Campoamor que reconocen, uno por provincia y otro especial, a las personalidades o colectivos que han destaco en defensa de la igualdad de la mujer. En 2006 el Ayuntamiento de Madrid instauró un premio con su nombre; y con motivo del septuagésimo quinto aniversario de la aprobación del sufragio femenino, algunos círculos solicitaron que el Congreso de los Diputados una campaña para colocar un busto de Clara Campoamor en las instalaciones del mencionado Congreso. En noviembre de ese mismo año el PSOE presentó una proposición no de ley solicitando que las políticas de igualdad se vieran también reflejadas en las monedas de euro con una esfinge de Clara Campoamor. La propuesta fue aprobada el 12 de junio de 2007 con la abstención del Partido Popular. También en 2007, el Ministerio de Fomento, botó el Buque Polivalente B-32 "Clara Campoamor. En 2011, para conmemorar el centenario del Día de la Mujer , la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre acuñó una moneda en plata con valor facial de 20 euros que muestra la imagen de Clara Campoamor. Sobre la libertad ; Clara Campoamor, pronunció la siguiente frase “ La libertad se aprende ejerciéndola”. |
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