Miré las muñecas y pensé en lo perspicaz e inteligente que es Corto, aunque haya pasado el tiempo y los sentimientos hayan cambiado, me seguía confundiendo haciéndome creer que él me conocía mucho mejor que yo a mí misma
Corto, Pandora y las matrioskas" (III y final)Objetivo CLM - Angelica Sánchez Miré las muñecas y pensé en lo perspicaz e inteligente que es Corto, aunque haya pasado el tiempo y los sentimientos hayan cambiado, me seguía confundiendo haciéndome creer que él me conocía mucho mejor que yo a mí misma. Incluso que era la única persona que me conocía realmente. Suspiré. Cerré los ojos. La brisa cálida comenzó a acariciar mi rostro con suavidad, sentí cómo me alzó con un dedo el mentón y acercándose a la comisura de mis labios susurró: "Chiquitina, no cambies". Sonreí. Sonreí y el impulso de contestarle fue inmediato... E imposible. Hace años que no sé a qué dirección remitirla, porque ya no existe. Corto, donde quiera que estés, navegando cielos o volando mares, quiero que sepas que ya no lloro al escuchar la canción que tararea(ba)s a escondidas, que la disfruto con alegría contenida y un pellizquito amargo, con cariño, tal y como me enseñaste que debía vivir la nostalgia; que las soledades lo son menos porque están llenas de caricias de brisa y, que cómo son las cosas, ahora es tu “chiquitina” quien tararea esa canción a escondidas…Corto… Ojalá estuvieras aquí. La carta me recordó a nuestra despedida, en aquel puerto y ese barco a punto de partir... "- ¡Vaya! ¡Qué guapa! No sé por qué me recuerdas a un tango de Arola que escuché en el cabaret de la Parda Flora en Buenos Aires...
Corto mira, en silencio. Pandora mira, en silencio.
El Corto se quita un collar de flores que lleva al cuello y se lo coloca. (El relato y la carta están basados en hechos reales, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, excepto el último diálogo perteneciente al final de "Balada de Mar Salado", del cómic "Corto Maltés" de Hugo Pratt.)
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