Mujeres que dejaron huella en la historia, Concepción Arenal

Nace en el barrio Ferrol Viejo el 31 de Enero de 1820. Su padre Ángel Arenal Cuesta fue un reputado militar que soportó infinidad de represiones por su ideología liberal y su oposición al régimen absolutista de Fernando VII

Imagen: Mujeres que dejaron huella en la historia, Concepción Arenal
Objetivo CLM - Lucía Ballesteros
Lunes, 27/04/2015 | Nacional | Portada, Sociedad

Concepción Arenal Ponte nace en el barrio Ferrol Viejo el 31 de Enero de 1820. Su padre Ángel Arenal Cuesta fue un reputado militar que soportó infinidad de represiones por su ideología liberal y su oposición al régimen absolutista de Fernando VII. Debido a sus múltiples encarcelamientos cayó enfermo muriendo en 1829, Concepción Arenal Ponte, queda huérfana pues a los nueve años de edad.

Ese mismo año se traslada a Armaño, Cantabria, junto con su madre María Concepción Ponte Mandiá Tenreriero y sus dos hermanas Luisa y Antonia, a la residencia de abuela paterna donde recibe una firme formación religiosa. Muere su hermana Luisa y en 1934 emigran a Madrid con la ayuda de su pariente Antonio Tenreiro, segundo Conde de Vigo, donde Concepción estudió en un colegio para señoritas.

Siete años después y vistiendo  ropas masculinas entra como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid. Toma parte en tertulias políticas y literarias luchando por la igualdad de la mujer.

En 1848, finalizada la carrera se casa con el también abogado Fernando García Carrasco, hombre capaz de comprender y aceptar los ideales de su esposa. Cuando se casan Concepción tiene veintiocho años y Fernando cuarenta. La pareja tiene varios hijos que van muriendo a edad muy temprana. Sólo sobrevive Fernando García Arenal que se convertirá en Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos una carrera muy novedosa en ese momento.

Durante su matrimonio trabajan para el periódico “La Iberia” donde Fernando es editorialista y redactor. En Enero de 1857 Fernando muere de tuberculosis y Concepción Arenal opta por instalarse en Oviedo y después en  Portes, capital del valle de Liébana.

Allí conoce a joven músico de nombre Jesús de Monasterio quien le sugiere la fundación, en 1959, del grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para socorrer a los pobres.

Para ellas, Concepción escribe en 1860, “La beneficencia, la filantropía y la caridad”, dedicada a la Condesa de Espoz y Mina. La presentó al concurso de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, con el nombre de su hijo Fernando, que contaba con diez años. Tras varios conflictos sobre la forma inapropiada  de introducir su escrito en el concurso, se le concedió el premio y fue la primera mujer premiada por la Academia.

En 1863 es la primera mujer en obtener el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres, cargo en el que se mantuvo hasta 1865.

Publicó libros de poesía y ensayo, como” Cartas a los delincuentes” (1865), “Oda a la esclavitud “(1866) , premiada por la Sociedad Abolicionista de Madrid,  “El reo, el pueblo y el verdugo” o “La ejecución de la pena de muerte” (1867).

En 1868, obtiene el nombramiento de  Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres y tres años después, en 1871, empieza a colaborar con la revista La Voz de la Caridad, de Madrid, en la que escribió por espacio de  catorce años sobre las miserias del mundo que la rodeaba.

En 1872 establece la Constructora Benéfica una sociedad cuyo objetivo es la construcción de casas baratas para los obreros. Participa, también, en la organización de la Cruz Roja del Socorro durante las Guerras Carlistas.

Con Concepción Arenal nace el feminismo en España. Siguiendo la línea krausista concede a la educación de la mujer un papel determinante. Cree que si los hombres aprenden un oficio las mujeres también pueden hacerlo, a parte del matrimonio.

La mujer podía ser: · relojera, tenedora de libros de comercio, pintora de loza, maestra, farmacéutica, abogada….. Las críticas que dirige al clero fueron: En general es muy ignorante, no querer a la mujer instruida, es mejor auxiliar, mantenerla en la ignorancia.  

La década de los ochenta fue la más sosegada de su vida. Llegada más allá de los setenta años viven con su hijo Fernando. En los albores de 1890 marcha a vivir a Vigo donde empeoran sus dolencias.

La mañana del cuatro de febrero de 1893, Concepción Arenal falleció a los setenta y tres años de un catarro bronquial crónico. Al día siguiente fue enterrada en Vigo en uno de los más populosos entierros. Su epitafio reza “A la virtud, a una vida, a la ciencia”.

No obstante su frase más célebre fue “Odia el delito y compadece al delincuente”.

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