El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ha sido testigo de un gesto simbólico, pero poderoso, en el que medio centenar de individuos se han congregado para "abrazar el agua" y hacer oír su voz ante la precaria situación que enfrenta este icónico humedal. En la actualidad, este lugar de relevancia ecológica alberga apenas unas 50 hectáreas de agua, una fracción ínfima de las 1.800 hectáreas que debería tener, recurso que se mantiene artificialmente mediante el bombeo de agua a través de pozos.
Convocados por las organizaciones "Ecologistas en Acción" de Ciudad Real y Daimiel, la Asociación "Anea" de Villarrubia de los Ojos, las plataformas "Acuífero 23 Sin Macrogranjas" y "Stop Macrogranjas en Daimiel", así como la asociación "Feministas de Pueblo", los participantes han alzado su voz para recordar que Las Tablas de Daimiel figuran entre los ecosistemas acuáticos más amenazados de España y Europa. Esta fragilidad se atribuye a una gestión agraria intensiva que compromete el medio ambiente a corto y largo plazo, un problema que comparte con lugares emblemáticos como el Mar Menor y Doñana.
Los manifestantes han señalado que la actual política agraria está erosionando no solo el patrimonio cultural de la nación, sino que también explota a los trabajadores rurales, muchos de los cuales enfrentan condiciones laborales deplorables. En respuesta a esta situación, todas las ONG convocantes están exigiendo al próximo gobierno de España la implementación inmediata de medidas para revertir esta crisis.
Estas medidas incluyen la destitución del Director del Parque Nacional, Carlos Ruiz de la Hermosa, así como el apartamiento de los científicos del CSIC con intereses en el Parque Nacional. También se demanda la restauración de los cauces fluviales afectados por el trasvase de agua desde el Tajo, la demolición de las presas de Puente Navarro y Morenillo, y la detención de los regadíos en la Cuenca Alta del Guadiana, lo que implica la completa renuncia a los cultivos en La Mancha.
En este sentido, los participantes han subrayado la necesidad de adoptar una nueva cultura agraria fundamentada en el respeto por el agua, los trabajadores del campo, el entorno natural y el patrimonio cultural.
Las ONG convocantes hacen un llamado a la sociedad en su conjunto para unirse en esta causa. Coincidiendo con el 50 aniversario de la declaración del humedal como Parque Nacional, buscan lograr una restricción drástica y sostenible de los regadíos intensivos en todo el Acuífero 23. Esta medida, advierten, es la única manera de asegurar el futuro de esta región de Ciudad Real, permitiendo la recuperación de los niveles freáticos de las aguas subterráneas y de los manantiales conocidos como Ojos del Guadiana, todo ello con miras a garantizar el suministro natural de agua.
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