Wanda Rutkiewicz nació en la ciudad lituana de Plungiany el 4 de febrero de 1943.
Su infancia está marcada por la separación de sus padres y la muerte de su hermano mayor. Estas circunstancias la llevan a tener que cuidar de sus hermanos pequeños y de su madre enferma.
Este acervo de experiencias fraguó su carácter de mujer dura y difícil, lo que marcaría su relación con los hombres y la montaña.
Estudia Ingeniería Electrónica y practica deporte. Fue seleccionada para el equipo nacional de voleibol pero ella prefiere la montaña. Después de graduarse en 1967, viaja junto con su amiga Halina a los Alpes donde ejecutan notables ascensiones y escaladas.
Un año después escalan el arduo pilar Este del Trollryggen en Noruega, siendo la primera cordada femenina en hacerlo.
Esta escalada definiría su futuro tanto en la dedicación por el montañismo como su preferencia para realizar sus escaladas con personas de su mismo género.
En 1970 se casa con un matemático y parte hacía el Pamir, donde asciende su primer siete mil, el Pico Lenin. La expedición está capitaneada por hombres y eso le hace sentirse incómoda. Se divorcia tres años después de casarse, diría; “Todos los intentos de limitar mi independencia los contemplo como una agresión”.
Su primera expedición femenina se produce en 1975. Un año después sufre una meningitis y tiene que empezar de cero: tuvo que aprender de nuevo a caminar, comer y hablar.
Una vez superada la enfermedad regresa al mundo del montañismo con un grupo franco-alemán que se dirige al Everest, alcanza su cumbre y se convierte en la primera europea en conseguirlo.
En 1978 configura una cordada femenina conquistando las escaladas de la Norte del Cervino, Oeste del Dru y Sur del Aconcagua. En un descenso cae y sufre la fractura abierta de una pierna. Intervenida en Innsbruck,Austria, se enamora de su doctor y nuevamente se casa.
Después de dos años y cuatro operaciones regresa al Himalaya y a su vuelta se divorcia de nuevo: “Cuando me di cuenta de que los deberes familiares no eran de mi agrado, la única salida que vi fue la separación”.
El 23 de junio de 1986 se convirtió en la primera mujer que escaló el K2, como parte de una pequeña expedición conducida por Lilliane y Maurice Barrard, que fallecieron al día siguiente durante el descenso.
En 1990 crea una expedición femenina al Hidden Peak de ocho mil seseta y ocho metros; la acompaña Gertrude Reinisch su biógrafa, esta escribió; “Perseguía con obstinación su meta y no consideraba ni aceptaba otras sugerencias. Se controlaba a ella misma, pero no era capaz de valorar a otras personas”.
Su verdadero mérito fue demostrar que la escalada al Himalaya no era un área reservada sólo para hombres.
En la década de los años 80, Wanda culmina cinco ochomiles, entre ellos la pirámide del K2 en estilo alpino, siendo la primera mujer en conseguirlo. En 1991 remonta el Cho Oyu y la compleja cara Sur del Annapurna por la vía Bonington. Es entonces cuando se propone los seis que le faltan en el plazo de un año. A su proyecto para 1992 lo llamó; “Caravana hacia los sueños”.
La primera parada era el Kangchenjunga una complicada y gran montaña situada entre las tres primeras más altas del planeta. Forma parte de la expedición dirigida por el mejicano Carlos Carsolio pero decide emprender la hazaña sola. El primer intento fracasa debido al mal tiempo. En el segundo la acompaña Carlos. Parten juntos del campo III pero sólo Carlos alcanza el campo IV. Al día siguiente Wanda consigue llegar hasta el campo IV.
El 12 de mayo a las tres y media de la madrugada salen de la tienda, mejor aclimatado y más rápido Carlos logra la cumbre y a su regreso encuentra a Wanda dispuesta a pasar la noche al aire libre en un agujero en la nieve a ocho mil trescientos metros; ha oscurecido. Carlos procura convencerla para que descarte su idea y regrese con él, pero ella no le hace caso. Sin saco, ni comida y gas para derretir nieve, la noche debió de ser una pesadilla para la polaca.
“En sus ojos solo estaba esa montaña”, dijo Carsolio. La hipótesis apunta a que seguramente, muy debilitada, desfalleciera camino de la cumbre. El 22 de mayo fue dada por desaparecida. Los cinco tesoros de la gran nieve, nombre en tibetano del
Kangchenjunga), fue el apeadero de la primera y última caravana de Wanda.
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