Mujeres que dejaron huella en la historia, Bertha von Suttner

Bertha Felicitas Sophie, nació como condesa Kinsky von Wchinitz und Tettau en Praga el nueve de Junio de 1843. Fue hija póstuma del conde Franz Kinsky von Wchinitz und Tettau, mariscal de campo del Imperio Austro-Húngaro, y de Sophie von Kömer

Imagen: Mujeres que dejaron huella en la historia, Bertha von Suttner
Objetivo CLM - Lucía Ballesteros
Lunes, 23/03/2015 | Internacional | Portada, Sociedad

​Bertha Felicitas Sophie, nació como condesa Kinsky von Wchinitz und Tettau en Praga el nueve de Junio de 1843. Fue hija póstuma del conde Franz  Kinsky von Wchinitz und Tettau, mariscal de campo del Imperio Austro-Húngaro,  y de Sophie von Kömer. Desde su nacimiento recibió el título de condesa de Kinsky y residió en la corte rodeada de todo tipo de lujos. Su educación muy refinada llegando a  dominar varios idiomas como alemán, el francés, el italiano y el inglés, viaja mucho y toca el piano.

Su acervo militar puede que la hubiera llevado a tener férreas razones para buscar siempre la paz.

Tras malgastar la fortuna heredada de su padre, en parte, debido a la ludopatía de su madre, Berhta se emplea como institutriz en casa del barón Karl von Suttner donde se ocupará de la educación de las  cuatro hijas del barón, cuenta entonces con treinta años y su estancia en casa de los von Suttner va a durar sólo tres años. Bertha se va a enamorar del hijo mayor del barón, el conde Arthur Gundaccar von Suttner, y  Karl von Suttner piensa que además de ser siete años mayor que su hijo tampoco aporta nada económicamente hablando.

En 1876 se traslada a París y por espacio de dos semanas se convierte en la secretaria privada de Alfred Nobel.  A pesar de ello se entabla una gran amistad e intercambio epistolar entre Bertha y Alfred Nobel.

De regreso a Viena, Bertha y Arthur, contraen matrimonio en secreto en 1876. La ceremonia llegó presto a oídos del barón enojando vivamente  tanto al barón  von Suttner como al resto de la alta sociedad vienesa. Lo que provocó que la pareja se fuera a residir al Cáucaso durante ocho años. Junto con la princesa Ekatarina Dadiani von Mingrelien sobreviven a duras penas con pequeños trabajos como la escritura de novelas de entretenimiento o traducciones.

Al originarse la guerra ruso-turca entre 1877 y 1878, Arthur empieza a publicar con éxito novelas relaciones con la guerra, el país y sus gentes en semanarios alemanes. Ese mismo año Bertha von Suttner emprende su actividad como periodista y obtiene, bajo el pseudónimo de B. Oulet, el mismo éxito que su marido. Ella escribe para los diarios austriacos historias cortas y ensayos y su marido reportajes de guerra y de viaje.

En 1885 se reconcilian con su familia y regresan a Austria estableciéndose en la residencia familiar de  Harmannsdorf, en la Baja Austria. En esta fase de su vida donde se produce la mayor parte de su obra literaria y su interés por el pacifismo.

En 1886 publica su libro “High Life” donde se acerca al respeto del hombre y su libre arbitrio. Gracias a una mesa redonda propiciada por el filósofo francés Ernest Renan conoce la existencia de la "International Arbitration and Peace Association", fundada por el británico Hodgson Pratt en 1880.  Tuvo influencia de personajes como Henry Thomas Bucle, Herbert Spencer o Charles Darwin. S pacifismo está basado en la ética, fundado en la capacidad moral del hombre para comprender su fe en el progreso humano y lleno de un profundo humanismo.

“Die Waffen nieder” “Abajo las armas” salió de la imprenta en 1889 y se convirtió en todo un clásico del movimiento pacifista internacional traduciéndose a gran número de idiomas; llegando a ser adaptada al cine en 1914 bajo el título de Ned Med Vaabnene. Está narrada desde el punto de vista femenino lo que provoca numerosos debates sobre el militarismo y la guerra, después de haber sido estos matizados desde la sensibilidad femenina. Durante el invierno de 1890-1891 el matrimonio von Suttner reside en Venecia.

Allí, Bertha, promueve la creación   de una “sociedad de la paz de Venecia”. Conoce al marqués Benjamino Pandolfi, y por mediación de éste se reúne con otros representantes de las conferencias “interpalamentarias”, que pasan a llamarse desde 1910 “Unión Interpalamentaria”.

Incluso tras quedarse viuda continuó su labor pacifista y su perseverancia en demostrar a los mandatarios europeos la obligación de hallar soluciones alejadas de los conflictos bélicos para solucionar los problemas.

En su lucha nunca olvidó a Alfred Nobel al que acabó por acercarle a su causa pacifista y a crear un fondo para poder laurear a todas aquellas personas que hubieran dedicado su vida a la paz, la ciencia y la literatura. Batalló, además, por los derechos de las mujeres, estuvo a favor de una Europa unida, tomo parte en la Conferencia de la Haya de 1907. En 1905 recibió el premio Nobel de la Paz.

En 1910 publicó sus Memorias, y el 21 de junio de 1914, dos meses antes del comienzo  de la Primera Guerra Mundial, Bertha von Suttner fallecía tras una larga lucha contra el cáncer. 

Stefan Zweig ensalzó su recuerdo en 1917 en la celebración del Congreso Internacional de las  mujeres para la compresión entre los pueblos celebrado en Berna. Varias ciudades de Austria y Alemania han dado su nombre a escuelas, plazas o calles. Su efigie se puede observar en los billetes de mil chelines de 1966. Y en Austria en las monedas de dos euros. El asteroide 12799 ha sido bautizado con su nombre.

Bertha von Suttner dijo “ Después del verbo amar, el verbo ayudar es el más hermoso del mundo”.

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