El Hospital Universitario de Toledo logra la autocertificación PROA: ya son cinco los equipos regionales contra infecciones resistentes>> Castilla-La Mancha certifica cinco equipos PROA para combatir la resistencia a antibióticos, un problema que podría ser la primera causa de muerte en 2050 Objetivo CLM En un mundo donde una de cada cinco infecciones bacterianas en Europa desafía los tratamientos convencionales, Castilla-La Mancha ha dado un paso decisivo. Este 22 de marzo de 2025, el Hospital Universitario de Toledo ha obtenido la autocertificación de su equipo PROA, un programa clave para optimizar el uso de antibióticos. Con este logro, la región suma ya cinco equipos certificados —tres hospitalarios y dos comunitarios— en una carrera contra reloj para frenar la resistencia a los antimicrobianos, una amenaza que, según las proyecciones, podría convertirse en la primera causa de muerte global para 2050, superando incluso al cáncer. La sombra de las infecciones multirresistentes es alargada: sin acciones urgentes, se estima que en 35 años provocarán 390.000 muertes anuales en Europa, con 40.000 en España y una pérdida de 1,8 años de esperanza de vida en el planeta. Detrás de estas cifras hay un problema arraigado: el uso inadecuado de antibióticos, que acelera la aparición de cepas bacterianas imposibles de tratar. De Alcázar de San Juan a Toledo: una red que crece El Hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) fue el primer equipo PROA autocertificado a nivel nacional, marcando un precedente en 2024. Le siguieron el Hospital General Universitario de Ciudad Real y, en febrero de 2025, el Hospital de Toledo, que hoy se une a esta red. En el ámbito comunitario, las gerencias de Guadalajara y Alcázar de San Juan completan el mapa regional de excelencia. Estos equipos no solo buscan reducir el consumo de antibióticos, sino también mejorar su selección, formar a profesionales y concienciar a la población. Su trabajo se enmarca en el Plan PRAN-CLM, un esfuerzo coordinado con el Plan de Salud Horizonte 2025 y estrategias nacionales, donde la metodología en red y la revisión exhaustiva de protocolos son pilares. Certificación: un sello que salva vidas El proceso de autocertificación no es un mero trámite. Implica auditar prácticas, garantizar que los fármacos se prescriben con precisión quirúrgica y fomentar la comunicación entre médicos, farmacéuticos y microbiólogos. “No basta con declarar intenciones; hay que actuar”, insiste la Consejería de Sanidad, que urge a acelerar medidas para evitar que las resistencias sigan escalando. Mientras los equipos ya certificados avanzan hacia la certificación nacional definitiva, el mensaje es claro: cada receta responsable, cada protocolo ajustado y cada minuto de formación suman en una batalla que definirá el futuro de la medicina. |
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