El equipo multidisciplinar de 12 personas, que ha estado trabajando cerca de 2 semanas en la castellano-manchega Cueva de los Toriles de Carrizosa (Ciudad Real), ha encontrado más evidencias, de cerámica y herramientas, que confirman la presencia de humanos al final del Neolítico y principios de la edad del Cobre, hace unos 6.000 años.
Este equipo estuvo en la cueva carrizoseña, durante las dos semanas anteriores, hasta el 28 de julio, en su cuarta excavación.
Daniel García Martínez, paleoantropólogo que lidera el grupo junto al arqueólogo Pedro Reyes Moya Maleno, comentaba que, tras el descubrimiento de la falange humana en la anterior excavación de 2021, este 2022 se han encontrado más hallazgos de cerámicas y herramientas de hace 6.000 años, de final de Neolítico y principios de la Edad del Cobre tanto en la Cueva como alrededores.
“E incluso en los alrededores hemos hallado materiales y evidencias más antiguas, del Paleolítico, así como otros fragmentos del telar árabe, más elementos romanos, medievales, etc, materiales que hemos de estudiar estos meses”, añade García Martínez.
La intención es, una vez estudiadas y limpiadas las piezas, exponerlas en Carrizosa durante la celebración de unas jornadas divulgativas, que pretende organizar el Ayuntamiento el próximo invierno, así como acompañarlo de material fotográfico que se vea hasta qué punto han profundizado en la Cueva.
El alcalde de Carrizosa, Pedro Antonio Palomo, informa que el Ayuntamiento apoya al equipo también en esta excavación, en esta ocasión gracias a un proyecto que subvenciona la Asociación Alto Guadiana Mancha, con fondos LEADER, asociación a la que pertenece la localidad carrizoseña.
Este equipo multidisciplinar incluía arqueólogos, geólogos, paleoantropólogos y biólogos de Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla-León, equipo de investigación que cuenta con el apoyo de diferentes instituciones científicas de ámbito local y nacional, como el Centro de Estudios del Campo de Montiel, la Universidad Complutense de Madrid y Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), vinculada al yacimiento de Atapuerca.
En los trabajos del año pasado encontraron una falange de un humano de la que no sabían la antigüedad en la campaña pasada. “Sin embargo, gracias a las técnicas del carbono 14, hemos constatado que tiene entre 5.000 y 6.000 años, durante la edad del Cobre. Esto demuestra la presencia humana en la Cueva en la Prehistoria reciente, y es una buena pista para seguir trabajando en ello”, añadía Daniel García.
El equipo persiste en seguir intentando encontrar más evidencias de neandertales en este yacimiento, a caballo entre el Alto Guadiana Mancha y Campo de Montiel, donde ya hallaron hace años un tejón y otros mamíferos de Pleistoceno, lo que indica que puede haber fauna de gran tamaño, y cabría la posibilidad de que los humanos lo hayan traído y cazado. “Estamos bastante esperanzados de encontrar más fauna y potenciales evidencias de homínidos y neandertales de la región”, añade Daniel García.
Este equipo de investigadores publicó en mayo del 2020 en la revista Journal of Iberian Geology un artículo sobre unos restos de tejón primitivo que han permitido datar en el Pleistoceno Inferior-Medio la Cueva de los Toriles, un yacimiento que potencialmente podría ser un enclave singular con restos fósiles de la meseta sur de la península ibérica, en estas cronologías.
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