Este bello paraje de la provincia de Guadalajara, puede presumir de tener uno de los descensos más bonitos que se dan por estas tierras.
Destaca de ella su río, al que no le faltan curiosas leyendas que hacen referencia a sus gélidas aguas.
La más famosa de todas ellas, cuenta la historia de una mujer que tenía siempre sueño, cansada por ello, de estar todo el día bostezando, hizo caso a lo escuchado en una conversación que decía: “si en la mañana de San Juan, te levantas antes de amanecer, y te lavas la cara con agua fresca del río, no tendrás sueño durante todo el año”.
Así fue, como aquella mujer, antes del amanecer del citado día, metió las manos desnudas en las aguas del Pelagallinas para después echarse agua en la cara. Cuentan que desde ese día no hubo en el pueblo, persona más despierta y lozana, más alegre y jovial durante toda su vida.
En las turberas de este río, crecen unas plantas carnívoras llamadas las drosseras, así como otras variedades únicas, verdaderas rarezas de la región.
Cuenta con una de las pocas poblaciones de truchas genéticamente pura que existen.
Como curiosidad, se dice que el propio Cid Campeador, bajó por el valle de este río en su destierro.
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