García-Page advierte sobre la "corrupción orgánica" y exige soluciones políticas en el PSOE

Emiliano García-Page, secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, ha calificado la actual crisis interna como "la más seria en términos de corrupción orgánica de toda la democracia" durante su intervención ante el Comité Federal. El político ha llegado al encuentro rodeado de "gente de derecha y extrema derecha", según sus propias palabras, aunque sin concretar detalles sobre estos grupos.

"La derecha no está en condiciones de dar lecciones electorales ni de corrupción al PSOE", ha sentenciado el dirigente socialista, rechazando cualquier comparativa con el Partido Popular. García-Page ha subrayado que "la corrupción no se mide al peso" y ha recordado la "mayor intolerancia social" hacia estos casos cuando afectan a formaciones progresistas.

Sobre los recientes movimientos internos, incluida la denuncia de Paco Salazar que asegura desconocer en profundidad, ha mostrado desconcierto: "De casi todo me entero por los medios de comunicación". Esta afirmación engloba desde nombramientos internos hasta la "carta que suspende la actividad del presidente durante cinco días", en clara alusión a Pedro Sánchez.

El líder regional ha reclamado "soluciones políticas" que vayan más allá de "esconder la cabeza bajo el ala o aplicar paños calientes". En su análisis, "lo auténticamente importante" trasciende las decisiones organizativas que se tomen hoy, apuntando a la necesidad de "pensar en el PSOE de mañana y pasado mañana".

"Las siglas y la historia del partido son más importantes que cualquier dirigente", ha proclamado García-Page, instando a priorizar el trabajo "en favor de la gente más humilde". Su intervención concluyó con un llamamiento a la "generosidad" hacia las futuras generaciones de socialistas y a demostrar "altura política" ante la gravedad de la situación.

El secretario general castellanomanchego ha evitado pronunciarse sobre posibles responsabilidades penales, limitándose a exigir "garantías" para que "aquí se haya acabado la situación". Su discurso ha combinado críticas veladas a la gestión de la crisis con una defensa cerrada de los valores fundacionales del socialismo español.