5 minutos con Paula. La historia de la foto. Es un finde de septiembre. Trabajo sola. No tengo ni idea de quienes son Satur, ni Mercedes y tampoco Nacho. He oído hablar de Paula, de la injusticia de Paula.
Elena Rosa Rico homenajea a la familia de la pequeña Paula en una nueva exposición en AlumbreObjetivo CLM A la redacción llega el mejor corredor atrochamonte del periodismo provincial: Jorge Ureña. Le casca a Belén Rodríguez, una periodista diez, que la familia de Paula ha ganado, por fin, un juicio por negligencia médica al Suma. Negligencia que hace vivir a Satur y a Mercedes como si fueran diez humanos juntos. Sólo quien entrega su vida a otros más vulnerables sabe del esfuerzo y de la generosidad, de los llantos y de las sonrisas que provocan las pequeñas victorias.
Una victoria merecida, que asegura el futuro de Paula y que llega en su cuarto cumpleaños.
Entonces el jefe malo o torpe, o las dos cosas a la vez, dice a la periodista que le envíen una foto, con el móvil mismo. El día que existan editores gráficos, la noticia del día será algo tan importante como para que un fotógrafo haga una foto ¿o no?
Menos mal que los buenos periodistas son concienzudos.
Recibo una llamada: “Elena, tienes que ir a Poblete a hacer una foto a Paula. He quedado a las dos con la familia, se van a comer para celebrar el cumpleaños de su hija. Te esperan. El teléfono es…, la dirección…” Y nada, a correr que es lo que toca.
Llego a Poblete, me paro y pregunto por la calle. Está muy cerca, encuentro la casa con facilidad. Me recibe un familiar, creo, me acompaña a la habitación donde están los padres preparando a Paula, la niña es una gran dependiente.
Hago unas fotos de contacto. Sé que quiero la foto de la familia, llaman al hijo menor que se llama Nacho, le hago sentirse importante, le pregunto por su amigo Jorgito, hijo de Jorge Ureña. Ser hermano de Paula es como para ser importante, va a tener que aprender a ser muy generoso con su tiempo de crecimiento.
Disparo el flash porque la luz viene de atrás y me da de contra. Paula se flipa con los destellos. Temo hacerle daño a la vista, se lo digo a su madre y le pregunto su nombre, se llama Mercedes. Me gusta llamar a la gente por su nombre.
Casi no ve –dice Mercedes- solo un poco, los fogonazos. ¡Sácala guapa!
El padre coge a la niña, le digo que se gire hacia la ventana. A tomar por saco el flash, no me gusta ni directo y me aburre rebotado al techo. Miro a la madre y le digo: “¿cómo puede salir mal una niña en brazos de su padre?” Y se produce el instante mágico. Satur hace reír a la pequeña, reconoce su voz, la besa y ella se muere de gusto.
Los estímulos humanos son muy poderosos. Me pongo nerviosa, me pasa cuando las fotos son buenas y temo perderlas. Pero he disparado la foto, está ahí, la ráfaga completa es un acto de ternura y tiene “cine”. No sé porqué quiero un retrato de la madre y del padre, ellos encantados me sonríen. Pedirán la foto publicada.
Es la foto más bonita que le han hecho a Paula - dice Satur.
Sólo he apretado el botón y les he mirado. He entrado en su casa y les he mirado. Por fuera, pero también por dentro. Desde entonces soy fan de esta familia.
Agosto se terminaba. Belén entró en el despacho, estaba trabajando sola. Me pidió una foto de Paula. La niña ha fallecido mientras la familia estaba de vacaciones en Málaga, dijo. No pude ni hablar. No sabía nada. Me dolió.
Foto en portada. No estaba segura pero no me salían las palabras. Era una menor, era un homenaje, era un símbolo… dudaba. No sé. Me pregunté si, en ese momento, estaba bien. Pensaba en la familia.
Pasé varios días pensando en ponerme en contacto con la esa familia que había luchado tanto. No sabía cómo hacerlo. El recuerdo me entristecía. Yo me metí en esto para retratar la vida… Íbamos ganando en este asunto.
Pasaron unos días y Jesús se pone muy pesado con lo de exponer en Alumbre. Yo no tengo nada que contar, no tengo ningún tema terminado… - qué sí Elena, busca – insiste, - oye piénsalo -
Y recordé el beso. Le pedí permiso a Satur, dio su consentimiento. Me valió su palabra. Me vale la palabra de la gente buena, esa nunca cambia.
Y esta es la manera de homenajear a unos padres increíbles, a un hermano, a toda la familia de Paula. Los fotoperiodistas de Ciudad Real y la gente de Alumbre están con vosotros. Con vuestra historia. ¡¡Ánimo!!.
Paula seguirá eternamente entre los brazos de su padre y los cuidados milimétricos de su madre que dejó el trabajo por amor a su hija.
El fotógrafo Anton Corbijn decía que había aprendido a hacer una buena foto en cinco minutos. Cuando estudiaba me parecía la frase más difícil de realizar. Yo tenía que tirar un segundo carrete para ver alguna foto que me gustara entonces. Con momentos como los descritos nos hemos hecho buenos fotógrafos, versátiles y rápidos. Y sobre todo nos han hecho mejor personas.
GRACIAS PAULA. |
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