Se trata de otra de las tradiciones locales, que, a lo largo del año, el Ayuntamiento está poniendo en valor. Además de la luminaria de las vísperas de San Isidro, misa y procesión, con la bendición de los campos, y la petición unánime de lluvia, también se ha convocado un taller para los más pequeños, al que acudieron 16 niños. En él, conocieron a fondo la tradición, y también la importancia de la agricultura.
Cogolludo honra a San Isidro LabradorObjetivo CLM Con el mes de mayo, llega la celebración de San Isidro Labrador, una de las fiestas tradicionales de la villa Serrana de Cogolludo, sobre las que el Ayuntamiento pone el acento, por hundir sus raíces en el pasado local y dado el carácter agrícola del pueblo. El lugar de celebración es la Ermita de San Isidro, anteriormente llamaba de San Sebastián. Cuando don Luis de la Cerda, I duque de Medinaceli construye el ensanche renacentista de la Plaza Mayor, y el Palacio Ducal, erige también una gran muralla, entre 1493 y 1503, que contaba con cuarenta torres y cinco puertas siendo una de ellas la de San Sebastián. Recibió este nombre por estar próxima esta muralla a la Ermita ubicada en el lado derecho del camino de Aleas, y por ser San Sebastián el patrono de esta localidad. Después de la canonización de San Isidro por el papa Gregorio XV, en 1622, la ermita cambió su nombre por el del santo nacido en Madrid. En 1960, el papa Juan XXIII declaró a San Isidro, mediante bula, santo patrón de los agricultores españoles. Desde entonces, el día 14 la víspera, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Cogolludo invita a aperitivo y limonada a la gente que acude a la Ermita. Poco antes de la medianoche, a las once -como sucedía este domingo- se quema una gran luminaria, una gran pira de madera que se erige en la Plaza Mayor, frente a la fachada del Palacio. Y, mientras los asistentes contemplan el fuego, los organizadores -los agricultores locales- preparan una barbacoa para que el público asistente reponga fuerzas con las buenas carnes a la brasa del entorno. Ayer lunes, día 15 de mayo, tenía lugar la misa en honor al santo. Los agricultores volvían a invitar al pueblo a limonada y aperitivos. La jornada religiosa terminaba con la procesión, que empieza en la propia ermita del Santo y discurre hasta el cruce de caminos entre Aleas y Fuencemillán, y, tras la bendición de los campos, que ofició ayer el párroco local, Mauricio Muela, los fieles, con la imagen del santo a hombros, dieron las tres tradicionales vueltas a la Ermita, en honor a la Santísima Trinidad. Por ser día festivo en la comunidad de Madrid, y caer el puente en lunes, se congregaron numerosos devotos en la celebración. Todos coincidieron en la necesidad de que llueva pronto, algo más que necesario para el campo y los agricultores. Además, para acompañar la tradición, el Ayuntamiento de Cogolludo, en colaboración con la Asociación Gayuba, ha llevado a cabo un taller para explicar a niños y niñas de entre 4 y 12 años esta bonita tradición popular. Acudieron 16, a los que condujo en todo momento su monitora, Ana Mazarracín. El taller se llevó a cabo ayer mismo, entre las diez de la mañana y la una de la tarde. En él, se recreó el milagro del Molino, de San Isidro, en el que el santo madrileño, dando de comer trigo a las palomas, reproducía las semillas. Y se llevó a cabo un taller de “cespis”, o muñecos con el pelo de césped, que va creciendo con el riego. Además, se llevó a cabo una visita al huerto de la vivienda de mayores, donde les esperaba Nicolás Masa, uno de los mayores que trabaja en él. Les explicó cómo había plantado los tomates, y los cuidados y trabajo que requiere, antes de compensar a los hortelanos con sus ricos frutos, en verano. Por último, dos agricultores, Ataulfo y José Antonio Gamo, con sus grandes tractores, explicaron a los niños cómo, sin el trabajo en el campo, no existirían los productos del supermercado, como los paquetes de pasta, las galletas o los bollos. Los niños montaron en los tractores y aprendieron, de primera mano, cuál es su uso. |
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