Santos Merino murió el 2 de mayo de 1941 en la prisión de Valdenoceda, donde sólo aguantó las inhumanas condiciones en las que vivían los presos durante 8 meses y a la que fue trasladado desde Ciudad Real acusado de 'adhesión a la rebelión' tras ser detenido en junio de 1939, aunque su nieto José Antonio Merino asegura que era un simple jornalero denunciado de forma injusta como tantos otros después de la guerra.
"Mi abuelo no cometió ningún delito. El trabajaba para en una casa de labor y cuando llegó la hora de cobrar su jornal, como ocurría muchas veces, le dio una parte en dinero y otra le dijo que se lo cogiera en especies, por lo que cogió un saco de cereales que era lo habitual. Después, lo denunció y se lo llevaron preso" asegura Merino, quien indica que todo lo que saben lo contaba su madre porque su padre -hijo del represaliado- "nunca habla de ello".
Sin embargo, ese hijo que hoy tiene 92 años aún no se puede creer que José Antonio Merino haya sido capaz de recuperar a su padre para que se le pueda enterrar de forma digna en su pueblo, donde siempre debería haber estado, "e incluso al principio creía que estaba de guasa cuando le dije que habían identificado sus restos y que nos los iban a entregar el próximo 14 de abril, casi 77 años después de morir en la más absoluta miseria de una cárcel franquista".
Esa es la circunstancia de la que más orgulloso se siente Santos Merino, de haber logrado 'reparar' en alguna medida el crimen que se cometió contra su padre y su abuelo logrando reunirlos antes de que falleciera el primero, a quien separaron, como a sus otros cuatro hermanos, de Santos Merino cuando sólo tenía 15 años, "ya que aunque primero se lo llevaron a Ciudad Real, antes no había medios para trasladarse como ahora, la familia es muy pobre, y poder verlo en prisión".
DOS IDENTIFICADOS EN LAS FOSAS DE VALDENOCEDA
Santos Merino es una de las dos víctimas del franquismo que el próximo sábado 14 de abril, coincidiendo como cada año con el aniversario de la II República, podrá descansar en paz donde su familia disponga, en este caso en Carrión de Calatrava --de donde era originario-- gracias al trabajo realizado por la Asociación de Familias de Represaliados en la Prisión de Valdenoceda, que también ha identificado los restos de otro preso, en este caso de Colmenar Viejo (Madrid).
José Antonio Merino agradece enormemente el trabajo desarrollado por esta asociación que, desde hace unos años, no recibe ayudas del Gobierno --aunque sí han tenido colaboraciones puntuales de la Diputación de Ciudad Real-- lo que ha motivado que hayan tenido que paralizar los dos años anteriores los trabajos de identificación de AND porque no podían pagar las pruebas.
En cierta manera, eso había llevado a Merino a perder la esperanza de que se identificara a su abuelo después de que hace unos años conoció al presidente de la asociación "que es de Torralba, donde yo soy concejal", participó en el acto celebrado en el año 2014 y le tomaron muestras de AND por si aparecía su abuelo.
Algo que ha ocurrido este año. "Ahora estamos contentos porque, por fin, mi abuelo Santos no estará en una fosa común sino en su pueblo, donde siempre debería haber estado porque él no hizo nada". José Antonio Merino, quien insiste en que no quiere reabrir heridas ni enfrentar a nadie, sino hacer justicia con su abuelo y tener donde visitarlo.
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