Castilla-La Mancha registró el pasado febrero 1.221 desempleados más hasta situar el número total de parados en 187.939 personas, según el ministerio de Empleo y Seguridad Social y el inicio de 2018 está siendo negativo, con 9.370 desempleados más en los dos primeros meses del año, además de ser la tercera comunidad autónoma en destrucción de empleo tras Andalucía y Madrid.
Ciudad Real ha sido la provincia donde más subió el número de parados (537) en febrero, seguida por Toledo (514) y Guadalajara (408), mientras que Albacete y Cuenca han registrado creación de puestos de trabajo con 155 y 83 parados menos, por lo que CSIF lamenta que el empleo de la región no genere valor añadido y ofrece trabajos de baja calidad basado en puertas giratorias a través del enorme peso de la contratación temporal.
La diferencia entre territorios, el paro femenino (62%), la volatilidad y dependencia a determinados sectores (agricultura comanda la destrucción de empleo con 1.356 parados más), la sobreutilización de la contratación temporal (90,6%) y la pérdida de 2.108 afiliados a la Seguridad Social, son índices claros de un mercado laboral frágil y precario y obliga a preguntarse sobre la eficacia de los subvencionados Planes de Empleo ejecutados por la Junta de Comunidades, incapaces de cambiar el modelo productivo.
Castilla-La Mancha se aleja de la tendencia nacional de creación de empleo, ya que hasta 12 comunidades han registrado números positivos. CSIF lamenta que el empleo de la región no genera valor añadido y ofrece trabajos de baja calidad basado en puertas giratorias a través del enorme peso de la contratación temporal.
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