La Universidad de Castilla-La Mancha es una de las pocas universidades públicas españolas que aún carece de un protocolo para la prevención y un procedimiento de actuación ante casos de denuncia por acoso moral, laboral, sexual, por razón de género o de cualquier otra índole análoga.
El rector y el equipo de Gobierno de la UCLM “es muy consciente de la existencia, extensión y gravedad del problema, pero no parece que Miguel Ángel Collado tenga intención ninguna de afrontarlo, pese a que lo viene prometiendo desde hace seis años e incluso lo incluyó expresamente en su último programa electoral”, denuncia Francisco José Díaz, responsable de Universidad de la Federación de Enseñanza de CCOO CLM.
“Cuando les recordamos que el problema está ahí y les reclamamos que cumplan su compromiso de aprobar un protocolo para hacerlo frente, se desentienden con justificaciones tan absurdas como que ‘es la policía la que se encarga de estos asuntos’; o marean la perdiz y se pasan la patata caliente de un departamento a otro”
El último en escurrir el bulto ha sido el gerente, que derivó el asunto al vicerrectorado de alumnos cuando el responsable de CCOO planteó la cuestión durante la reunión que la gerencia de la UCLM mantuvo hace unos días con los representantes sindicales del Personal de Administración y Servicios.
“CCOO lleva años solicitando a la UCLM la elaboración y aprobación de este documento, un protocolo para la prevención del acoso en sus muchas variantes y un procedimiento para, en su caso, abordarlo, atajarlo, corregirlo y sancionarlo. Casi todas las universidades lo tienen ya y tanto el propio Collado como su equipo de Gobierno, en sus dos legislaturas, adquirieron el compromiso de elaborarlo e implantarlo en la UCLM”
“Todos sabemos, como lo saben el rector y su equipo, que en la UCLM se han producido y se producen casos de acoso laboral, casos de acoso sexual, de abusos de poder, hostigamiento, agresiones verbales, físicas o psicológicas; menoscabo profesional… Situaciones que la mayoría de las veces no salen a la luz por miedo a la pérdida del empleo.”
“La víctima del acoso laboral, moral o sexual, casi por definición, suele estar en situación de inferioridad o de dependencia jerárquica. Para acudir a denunciar a la comisaría o al juzgado tiene que vencer el miedo, exponerse al escarnio, arriesgar su carrera profesional… Además de que la mayoría de los casos de acoso son muy difíciles de demostrar”
“Por eso las universidades están incorporando protocolos preventivos del acoso y estableciendo procedimientos de actuación para que, cuando alguien lo sufra, la propia Universidad pueda adoptar las medidas necesarias para poner fin a las conductas hostigadoras o intimidatorias y para proteger los derechos y la salud de las víctimas”, explica Díaz.
“Nosotros, ante la inoperancia y la falta de voluntad del equipo de gobierno de UCLM, hemos recopilado y trasladado a la Gerencia diversos procedimientos protocolarios ya vigentes en otras universidades públicas, para impulsar su regulación en la UCLM y para facilitar la tarea a los responsables de nuestra universidad. No hemos obtenido respuesta. No se ha hecho nada y, lo que es peor, durante este tiempo perdido, se han seguido produciendo varios casos, alguno muy grave, ante el que la Universidad ha cerrado los ojos o ha mirado hacia otro lado para no tenerlo que afrontar”, lamenta Díaz
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