Castilla-La Mancha vive un marzo histórico: frío extremo, lluvias récord y un año hidrológico marcado por la intensidad climática>> AEMET confirma el tercer marzo más lluvioso en 65 años, con Albacete y Guadalajara en máximos históricos Objetivo CLM Marzo de 2025 quedará grabado en la memoria de Castilla-La Mancha como un mes de contrastes climáticos extremos. Según el último informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la región combinó temperaturas máximas muy frías —las terceras más bajas en seis décadas— con noches inusualmente cálidas, mientras las lluvias batieron récords, especialmente en Albacete y Guadalajara, que vivieron su marzo más húmedo desde 1961. Un mes térmicamente paradójico El termómetro pintó un escenario dual: mientras las máximas diurnas se desplomaron hasta 12,8 ºC (3 grados bajo lo normal), las mínimas nocturnas se mantuvieron 0,9 ºC por encima de la media, con 4,2 ºC de promedio. Este desequilibrio dejó episodios memorables, como los -6,2 ºC registrados el día 15 en Molina de Aragón (Guadalajara), el punto más gélido, frente a los 26,2 ºC alcanzados el último día del mes en Tarancón (Cuenca). En Almagro (Ciudad Real), incluso se rompió un récord: sus noches fueron las más cálidas en marzo desde que hay registros, con una media de 5,5 ºC. Lluvias que rompieron moldes Las precipitaciones escribieron su propio capítulo extraordinario. Con 144,7 litros por metro cuadrado —el triple de lo habitual—, marzo de 2025 se situó como el tercero más lluvioso en 65 años, solo superado por 2013 y 2018. Guadalajara y Albacete lideraron este fenómeno: la primera recibió 159,4 l/m² (340% de su media), y la segunda, 126,2 l/m² (270%). Localidades como el Pantano de Alcorlo (Guadalajara) acumularon 256 l/m², y Navalermosa (Toledo), 227 l/m², cifras que rebasaron efemérides históricas en 14 estaciones. Año hidrológico: entre sequías y diluvios El balance del año hidrológico (octubre 2024-marzo 2025) refleja una montaña rusa climática. Aunque el acumulado regional de 351,2 l/m² supera en un 21% la media, la distribución mensual fue errática: octubre y enero húmedos, noviembre y febrero secos, y diciembre extremadamente seco. Guadalajara y Toledo cerraron el semestre con un carácter «muy húmedo», mientras Albacete se mantuvo en la normalidad. Viento y rayos: la furia del cielo El mes no solo trajo agua. Los vientos azotaron con fuerza, especialmente entre los días 10 y 11, cuando San Clemente (Cuenca) registró ráfagas de 83 km/h. Además, se contabilizaron 682 rayos, con un pico de actividad el día 8, recordando la volatilidad de una primavera que aún coquetea con el invierno. |
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