El juzgado de lo Penal número 3 de Albacete ha condenado a 2 años y 8 meses de prisión a un hombre acusado de un presunto delito relativo a la incitación a la prostitución a una menor de edad, una joven de 16 años.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se recoge como probado que el acusado, de 72 años de edad y con antecedentes por abusos sexuales, coincidió en una parada de autobús urbano de Albacete con la víctima, de 16 años de edad, y dos amigas de ésta.
Se puso al lado de las menores y entabló conversación con ellas, sobre todo con la menor víctima de los hechos, diciéndole que tenía nietos y estaba buscando a una chica para que ayudara a su hija con los niños y así ganarse un dinero.
La joven, entonces, se mostró interesada en el trabajo y facilitó al acusado su número de teléfono para que la hija del procesado le llamara y concertara una cita.
Sin embargo, fue el acusado quien llamó a la menor, para concertar una cita a la que le dijo que acudiría con su la hija, madre de los menores, para lo que quedaron en una cafetería, a las 16.00 horas del 29 de septiembre de 2016.
Cuando la joven llegó comprobó que el acusado había acudido solo. Pese a ello, comenzaron a hablar y, pese a que la menor le había dicho que tenía 16 años, el acusado comenzó a derivar la conversación a temas sexuales.
Le planteó que, si quería el trabajo, por el que podría llegar a ganar 300 euros al mes según las horas que acordaran, tenía que tener una relación de confianza y que esa relación implicaba que tenía "derecho a roce" de forma que pudiera tocarle a ella y la menor tocarle a él cuando se lo pidiera y que si le pedía un beso ella tenía que dárselo.
El acusado siguió preguntándole si tenía novio, si había tenido relaciones con él y sobre sus gustos o preferencias sexuales, manifestándole que a él le gustaba "morderlo" y que cuando más se dejase tocar y hacer, más dinero podría ganar.
También le dijo que, si llegaban a tener esa confianza ella podría pedirle cantidades de dinero, y que si quería que hubiera penetración eso lo decidía ella, dándole a entender que no era imprescindible.
La menor, al ver las intenciones y propuestas del acusado, se marchó de la cafetería y les contó a sus amigas lo sucedido, y posteriormente a su madre, que esa misma tarde interpuso una denuncia en comisaría.
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